A principios de 2018, el Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), Francisco Javier Varela Salas, anunció que el Ejército de Tierra español ponía en marcha un ambicioso proyecto para definir los medios y la estructura la brigada del año 2035. En el último año y medio, el foco ha estado puesto en la fase de estudio y en los contactos con la industria de defensa, proveedora del material, en foros y talleres especializados en áreas como la robótica, la defensa aérea, fuegos, mando o maniobra.
Tras los primeros meses de trabajo, el Ejército acaba de publicar un documento que profundiza en los medios con los que contará la Fuerza 35. La publicación recoge un primer listado de los materiales que estarán a disposición de los soldados, con especial detalle en las áreas de sistemas remotamente tripulados, artillería y blindados sobre ruedas y cadenas.
La piedra angular de la brigada será el Vehículo de Combate sobre Ruedas (VCR) 8x8 Dragón en cinco configuraciones distintas. Como analizó Infodefensa.com, el Ejército plantea además la modernización de la flota de carros Leopardo a la versión 2E Plus con mejoras en la protección, la dirección de tiro y la munición, y la actualización del Vehículo de Reconocimiento y Combate de Caballería (VRCC) Centauro para introducir las nuevas capacidades a prueba ahora en el Dragón.
Las unidades de infantería y caballería contarán con el Pizarro Fase III con capacidad de integrar información de medios Istar, RPAS y de comunicación en red con el resto de vehículos y su unidad embarcada. La gran novedad en las plataformas terrestres es la apuesta por el futuro carro de combate europeo (Main Ground Combat System) como relevo del Leopardo a partir de 2035.
Respecto a la artillería, el Ejército aboga por la adquisición de un sistema híbrido misil-cañón de defensa aérea sobre una plataforma 8x8, realizando una breve descripción del mismo: "Sistema de defensa antiaérea a baja y muy baja altura con gran movilidad, idóneo para la defensa de unidades de maniobra. Combina misiles tierra-aire y cañones que podrían ser de 35 mm, que ya están operativos en el Ejército". Y añade: "El sistema contaría con su propio radar, sistemas ópticos de localización y seguimiento, lo que lo haría apto para defensa contra aviones, helicópteros, RPAS e incluso misiles".
La Fuerza 2035 también incluye la modernización de sistemas en servicio como el Patriot, con un alcance máximo de 100 km, a la versión 3+ y Nasams, con un alcance de 25 km, a la versión II+ para el empleo de misiles Amraam-ER que llegan hasta los 40 km. Además, será necesaria la compra de un sistema con un rango de actuación de entre 30 y 35 km para sustituir al Hawk. "Deberá tener posibilidad de emplear dos tipos de misiles, uno de ellos de alcance extendido", explica el informe.
El documento recoge una vieja petición, el sistema lanzacohetes de alta movilidad táctica (Silam). El Ejército quiere una solución con capacidad para emplear cohetes a unas distancias de entre 70 y 100 km, pudiendo utilizar misiles con un alcance máximo de 200 km, sobre un vehículo que "puede ser ruedas o cadenas, siendo la ventaja del primero su movilidad estratégica y la del segundo su gran movilidad en todo tipo de escenarios".
Tierra defiende asimismo la convivencia de cañones autopropulsados sobre cadenas y ruedas que puedan utilizar una gran variedad de municiones: convencionales, de alcance extendido y de precisión.
En el área de los sistemas remotamente tripulados, el informe incluye un listado de drones que estarán al servicio de la futura brigada, sobre todo, para tareas de vigilancia, reconocimiento y captación de información. Los soldados operarán una amplia gama de RPAS con un peso que va desde los 18 gramos del Blackhornet hasta los 425 kilogramos en el caso del Atlante. Este último se postula como el relevo de los veteranos Searcher. El sistema cuenta con un alcance de 250-350 km y una autonomía de 15 horas.
Entre los RPAS utilizados también estarán los clase I mini Huginn X1 y Raven DDL y los clase I small Orbiter 3 y Fulmar. La Legión ha evaluado recientemente las últimas versiones del Blackhornet y el Huggin, mientras que el Orbiter 3 ha iniciado las operaciones este mismo año, participando ya en la misión Inherente Resolve de Irak.
El Ejército tampoco olvida los sistemas antidrón. "Se dispondrá de sistemas específicos C-RPAS en sus versiones móvil, fija y portátil, capaces de detectar y monitorizar drones small, mini y micro, mediante armas letales (hard kill) o no letales (soft kill), como pertubadores o inhibidores de frecuencias", explica.