"Los sistemas aéreos necesitan una inversión constante para mantener la operatividad requerida". Esta frase titula la amplia entrevista al jefe de la División de Planes del Estado Mayor del Ejército del Aire (Gjdpl), el general de brigada Enrique Jesús Biosca Vázquez, que publica el nuevo número de la serie Perfiles IDS. El completo informe, de más de 90 páginas, lleva por título Ejército del Aire español: objetivo 2030 y, en él, el general Biosca Vázquez detalla las capacidades con las que deberá contar el arma aérea española en de cara a esa fecha.
El Gjdpl revela que el Ejército del Aire trabaja en al menos diez programas principales para alcanzar las capacidades que deberá disponer en el futuro, y, además de enumerarlos, también detalla cómo serán los nuevos entornos operativos en los que tendrán que desenvolverse con la vista puesta en 2030.
Entre los diez programas detallados en la entrevista se encuentra el del Futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS, por sus siglas en inglés), que, como se incide en otros capítulos de la publicación, abre la puerta a la adquisición de la primera plataforma de quinta generación para la Fuerza Aérea española. También resultará clave "la adecuación en cantidad y en calidad del armamento aire-aire y aire-suelo"; "la potenciación de nuestras capacidades de guerra electrónica"; "la incorporación de nuevas plataformas de patrulla marítima (MPA) y de vigilancia marítima que sustituyan al venerable P.3 y al C-235"; nuevas aeronaves para potenciar "la capacidad de operaciones aéreas especiales y de recuperación de personal"; y "un sistema de entrenamiento integrado que sustituya al E.25 (C.101) de la Academia General del Aire", entre otros desarrollos.
El general Biosca Vázquez cita entre las adquisiciones pendientes dos programas en los que ya se ha avanzado bastante: la compra de la nueva plataforma multipropósito cisterna y de transporte (MRTT), para "recuperar la capacidad perdida de reabastecimiento en vuelo y transporte aéreo estratégico", y la adquisición del sistema aéreo remotamente pilotado (RPAS) Predator-B, ya en marcha.
El Gjdlp no se olvida de "los retrasos en las entregas" que están sufriendo "programas en ejecución, como el caso del avión de transporte A400M, del avión de caza Eurofighter o el helicóptero NH90". Estas demoras, añade, han obligado a "mantener otros sistemas de armas operativos como el caso del C-130, o como sucederá con los Super Puma, lo que afecta a los planes de transición que se tenían pensados y suponen un incremento de gasto importante".
El militar ve "necesario recordar que por sus especiales características, largos y complejos desarrollos, elevado contenido tecnológico y rápida evolución, los sistemas aéreos necesitan de una inversión constante para mantener la operatividad requerida".
Entre otros puntos, el general Biosca también se refiere en la entrevista en el último Perfiles IDS a la "elaboración de una Estrategia de Seguridad Aeroespacial Nacional que sirva de guía para avanzar en la necesaria coordinación entre las autoridades gubernamentales, y el sector privado".
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