Según ha publicado INFODRON.ES, Escribano ha diseñado un cazadrones capaz de cubrir todo el espectro de localización y derribo de UAV gracias a un sistema dual que facilita distintos tipos de actuación según sea la amenaza y el área a proteger. El sistema, que puede ser montado sobre un vehículo o en una azotea, no solo permite derribar el dron, sino destruirlo en pleno vuelo en previsión de que porte algún tipo de arma, ya sea biológica o explosiva. Escribano pretende así dar un paso más integrando distintos desarrollos en una plataforma capaz de comunicarse consigo misma y con un sistema de mando y control.
Una sola unidad del nuevo sistema de Escribano, que aún no ha sido bautizado, permite levantar un perímetro de seguridad (domo) de cuatro kilómetros de diámetro (mayor si se integran varios dispositivos o se modifica el radar de serie) con diferentes niveles interiores de protección según interese. A esa distancia el cazadrones identifica objetivos de 15x15cm gracias a dos herramientas, un radar y una óptica integrada en un sistema de armas.
Una vez identificada la amenaza, el dispositivo ofrece la posibilidad de utilizar tecnología de interferencias (conocida en el sector por su denominación en inglés: jamming), es decir, perturbaciones electromagnéticas para derribarla, por lo que puede ser utilizado perfectamente en el sector civil o en áreas urbanas. Pero esa no es la única solución, por otro lado, si las perturbaciones no funcionan, ya que muchos UAV están protegidos de una u otra manera contra ellas, el sistema de Escribano abate el objetivo a tiros gracias a dos armas, el lanzacohetes Alcotán de Instalaza y una ametralladora Dillon Gatling M134 de 7.62 mm, lo que le confiere un uso más militar. Con este equipo, el objetivo puede abatirse a una distancia de hasta 1.200 metros. La elección de la Dillon se debe a que la fórmula utilizada es el abatimiento por saturación, el arma no busca la precisión, sino saturar un área de, por ejemplo, un metro cuadrado.
El truco está en saber comunicarse
El quid de la cuestión está en el sistema que comunica la torre de armas con el radar y con un C2 permitiendo a sus vez las opciones de uso manual o automático.
En este sentido, el responsable de software en Escribano, José Carlos Hidalgo, explicó que todo se basa en la integración de un GIS (siglas en inglés del Sistema de Identificación Geográfica) como apoyo de los equipos actuales desarrollados por Escribano “para poder visualizar y crear una decisión personal o un comportamiento automático de este sistema”.
En resumen, ese GIS, que es el núcleo de un sistema C2 de mando y control, es el verdadero integrador de toda la información y el que ofrece todas las capacidades. “Permite una visualización de lo que viene de cualquier elemento y de nuestros propios sistemas y es el que interopera con uno y otro y ofrece capacidades nuevas a los desarrollos de Escribano”, explicó Hidalgo. Para la empresa, este sistema es una demostración de su capacidad de trabajar en “una capa superior de inteligencia”.
El funcionamiento del sistema es en apariencia sencillo. Hidalgo lo resume en cuatro frases: “El radar detecta el dron, da una estimación según velocidad y tamaño y hace la primera clasificación del objetivo. Luego envía la coordenada a la torre. En este punto, nosotros hemos introducido un sistema que le dice al arma que lo busque, lo identifique de nuevo y lo abata o no. El sistema permite definir áreas de identificación o zonas de abatimiento, hacerlo de forma manual, automática...”. Y todo esto se puede hacer desde una tablet.