El capitán de corbeta Torrijos Colado, oficial destinado en el grupo de trabajo del programa del submarino español S-80, es uno de los intervinientes en el ciclo de conferencias que el Ministerio de Defensa ha organizado con motivo del centenario del Arma Submarina. INFODEFENSA.COM entrevistó a Torrijos Colado hace unos días tras su ponencia sobre Construcción de submarinos, impartida en un Centro Cultural de Cartagena, ciudad donde la flotilla de sumergibles españoles tiene su base y donde Navantia construye los S-80.
Esta es la primera parte de la conversación que el experto de la Armada mantuvo con este medio y que tendrá continuación en los próximos días.
En su ponencia, el oficial aludió a algunos precedentes de contratiempos importantes en programas de submarinos de otros países. De hecho General Dynamics-Electric Boat, la empresa que España contrató para ayudarle a encontrar una solución a los problemas de peso detectados en el S-80, ya se enfrentó en Estados Unidos a una situación similar y posteriormente también fue requerida por Reino Unido para resolver las dificultades de su programa Astute.
¿La decisión de pedir apoyo a Electric Boat está relacionada con su experiencia en problemas similares a los del S-80 detectados en otros programas?
No te puedo decir si la decisión de España de pedir el apoyo de Electric Boat fue porque se viese que había antecedentes en otros astilleros, como los británicos. No puedo decir por qué se optó por Electric Boat, aunque yo creo que principalmente fue porque en su día Electric Boat ya propuso ser socio tecnológico de Navantia para hacer el submarino.
El problema de los británicos fue diferente: se pasaron de coste y plazo. Pero tuvieron los mismos problemas que nosotros en cuanto a la gestión del programa, y llamaron a Electric Boat.
Se deduce de su conferencia que este tipo de problemas, aunque entren dentro de la anormalidad, forman parte de una casuística a la que también se han enfrentado en otros lugares y que seguirán ocurriendo en otros desarrollos...
Claro. Yo creo que ahora mismo todos los astilleros ya están alineados y creo que tuvieron sus problemas antes de empezar con la filosofía de ingeniería de sistemas, que es lo que se está poniendo ahora mismo en boga en los astilleros. Pero no tengo capacidad y conocimientos para detallarlo. De todo lo que he leído de los americanos, efectivamente, desde 1963, cuando no habían empezado a implementar la ingeniería de sistemas, ese vacío que hubo en ese momento no te puedo decir si quizá…
Al referirse a 1963 alude al año del naufragio del submarino norteamericano USS Tresher, que costó la vida a 129 personas. ¿Piensa en ese suceso cuando asegura que ha sido una fortuna haber detectado los problemas del S-80 cuando aún se encontraba en el astillero?
Sí, efectivamente. Lo que ha ocurrido lo considero una fortuna, en el sentido de que el astillero se haya dado cuenta de este problema de pesos antes de sacar el barco al agua. Al analizarlo ahora aplicando la tecnología de la ingeniería de sistemas –Navantia antes no llevaba ese tipo de metodología– se han dado cuenta de que el submarino no estaba tan bien diseñado. El trabajo actual supone tanto esfuerzo porque estamos aplicando unos estándares nuevos a un proyecto, a un diseño, que ya estaba casi terminado. Hemos estado corrigiendo muchas cosas y el trabajo es inmenso.
¿Es un problema de control de la gestión?
El mayor problema es de gestión. Navantia tiene experiencia en la construcción de submarinos pero desde mi punto de vista, que hay que tener en cuenta que es el de un señor que solo lleva nueve meses implicado aquí y que por tanto no soy el que más sabe, creo que, por lo que se ve y lo que leo y comparando las cosas que están pasando, es un problema claro de gestión. Un problema de gestión en los diferentes procesos, tanto de diseño, como de producción, como de compras
Por eso el mayor esfuerzo que tiene Navantia ahora, tras haber establecido esos procesos nuevos de ingeniería de sistemas y de calidad, es aplicar gestiones de calidad y hacer auditorías y marcas de inspección. Es decir, vamos a hacernos auditorías, vamos a hacernos inspecciones, porque como he dicho, aunque tenemos estos procesos, hay que inspeccionar que el trabajo se está haciendo.
Qué hace tan especial al S-80 para que, tras los problemas que ha tenido e incluso los que intuye que podría depararle el futuro, usted lo considere “una maravilla de barco”?
Yo he sido comandante de un submarino S-70, que para compararlo burdamente es como el coche de los Picapiedra: casi todo mecánico. En realidad el S-70 sí tiene algún automatismo, pero es que este barco [el S-80], que ya tiene un porte de 3.000 toneladas y 81 metros, cuenta con una tecnología dentro que es increíble. Y no lo digo yo, sino que los americanos que lo han visto dicen que es increíble.
Todos sus sistemas son automatizados, tanto el de combate como el sistema integrado de control de plataforma, que es el que va a manejar el buque. Se trata de un barco pensado para que lo lleven 32 personas, ahora 40, por lo que con tal nivel de aparatos y con pocas personas tiene que contar con unos automatismos que además nos requieren de unas certificaciones tremendas, porque todos sabemos que la informática puede fallar. Por eso está todo con circuitos redundantes. Cuando ves el dibujo en 3D del submarino dices: “qué pedazo de barco que va a salir”.
Fotos: Ginés Soriano / Infodefensa.com