(Infodefensa.com) G. Soriano, Murcia Noruega está valorando si alargar la vida operativa de sus submarinos de la clase Ula, encargar unos nuevos o hacer ambas cosas. Para ayudar en su decisión, cinco astilleros internacionales, entre los que se encuentra la española Navantia, acaban de presentarle sus propuestas. Previamente, el pasado mes de septiembre, el Ministerio de Defensa noruego les había solicitado esta información.
Los seis sumergibles de la clase Ula alcanzarán el final de su vida operativa tras el año 2020. Por este motivo, el Ministerio de Defensa del país lleva un tiempo trabajando en un estudio que determinará en 2014 cuál es la mejor opción. El resultado de ese estudio será clave para que el Parlamento noruego pueda autorizar un proyecto de inversión en submarinos previsiblemente en el año 2017.
En el marco de este trabajo las autoridades del país nórdico solicitaron hace tres meses la mencionada información a cinco astilleros preseleccionados: DCNS, de Francia; Fincantieri, de Italia; Navantia, de España; ThyssenKrupp Marine Systems, que representa Kockums, ubicada en Suecia, y HDW, de Alemania; y Daewoo Shipbuilding & Marine Engineering, de Corea del Sur.
Todas ellas han entregado ya sus respuestas y la documentación requerida a la Organización Logística de la Defensa Noruega (NDLO por sus siglas en inglés). Los representantes de los astilleros mencionados se desplazarán a Noruega el próximo mes de febrero para presentar y aclarar estas informaciones en caso necesario. Todo el material entregado será minuciosamente revisado y analizado durante los próximos seis meses.
Posteriormente, el Ministerio Defensa noruego elaborará sobre la base de esta información un resumen detallado con los costes, el rendimiento, el tiempo de producción estimado y otros aspectos esenciales relacionados con una posible adquisición de nuevos submarinos.
La información entregada por estas industrias es solo uno de los distintos pasos importantes que se están dando para decidir entre un programa de extensión de la vida útil de los submarinos o la construcción de otros nuevos, según el Ministerio de Defensa del país. En este sentido, informa, se están manteniendo conversaciones con las autoridades de otros países por si es posible alcanzar algún tipo de cooperación que permita ahorrar costes y aprovechar sinergias.
Un proyecto de 2.000 millones
Tanto si la decisión final pasa por ampliar la vida útil de los Ula, como si se opta por la adquisición de una nueva clase de sumergibles, el proyecto se estima que supondrá un desembolso de entre 2.500 y 3.500 millones de dólares (entre 1.900 y 2.700 millones de euros al cambio actual). La tercera opción sería renovar parte de los sumergibles actuales y adquirir uno o dos más de nueva generación.
De momento, el Ministerio de Defensa de Noruega está ampliando la vida útil de sus seis Ula para que puedan operar hasta el año 2020, en unos trabajos que comenzaron en 2008 y se completarán en 2014.
Algunos informes elaborados por Noruega destacan la importancia de mantener una flota de submarinos y no seguir los pasos de la vecina Dinamarca, que en 2004 suspendió la actividad de sus sumergibles de las clases Narhvalen, Tumleren Kobben y Kronborg.
Su Gobierno apoya totalmente el punto de vista militar, que considera que una flota de submarinos es el elemento disuasorio más efectivo y el mejor recurso de inteligencia para proteger las costas de Noruega y la soberanía en sus territorios del Océano Ártico.
Navantia, cuyos astilleros de Cartagena están construyendo los nuevos submarinos clase S-80 para la Armada española, lleva un tiempo trabajando en una oferta para Noruega, según confirmó hace unos meses el jefe de Programa S-80, Donato Martínez, a Infofensa.com.
Noruega constituye un caso aparte en la coyuntura de recortes en Defensa en la que están inmersos la mayoría de países de Europa, ya que su presupuesto militar sigue aumentando. Este año 2013 está previsto que crezca un 1,4%, hasta alcanzar los 5.600 millones de euros. Se trata de una excepción incluso entre sus saneados vecinos nórdicos, que este año o bien están bajando sus partidas militares (Dinamarca y Finlandia) o las mantienen en los niveles de 2012 (Suecia). La fórmula noruega de éxito tiene forma de barril de petróleo. La producción de hidrocarburos le permitió obtener en 2012 un superávit presupuestario de unos 33.500 millones de euros.
Fotos: Ginés Soriano /Infodefensa.com