Sistemas de armas eléctricas (I). ¿El futuro del combate?
De entre todas las armas eléctricas, quizás las de electrochoque (ESW) son las que mayor desarrollo y nivel de implantación tienen. Podemos definir las armas de electrochoque como las armas que aplican una descarga eléctrica de alto voltaje en un corto periodo de tiempo sobre un objetivo. De manera general, todas las armas de electrochoque disponen de dos electrodos que contactan sobre el objetivo y aplican la corriente proveniente del generador de señales eléctricas.
Las ESW, también conocidas como conducted energy weapons (CEW), están diseñadas para aturdir, incapacitar o inmovilizar personal mediante la administración de una descarga eléctrica. Estas armas emplean electricidad para interrumpir el control muscular del individuo, incapacitando temporalmente al objetivo. Estas armas se pueden clasificar a su vez en tres tipos en función del método de aplicación de la corriente:
Contacto directo: son aquellas que administran una descarga eléctrica sobre el objetivo tras el contacto físico de los electrodos del arma. Los bastones eléctricos y las pistolas eléctricas de aturdimiento son los ejemplos más representativos de esta clase, empleados por algunas fuerzas de seguridad.
Con proyectil: permiten ser empleadas a cierta distancia del objetivo mediante la proyección de los electrodos, los cuales permanecen conectados al arma por cables por los que se envía la descarga eléctrica. Otra variante es la inalámbrica, basada en proyectil o cartuchos de calibre 12 que son disparados por un arma que cuentan con una pequeña batería de alto voltaje. El rango de estas armas va desde los 5 hasta los 50 metros. Taser es el líder mundial en este tipo de armamento eléctrico.
Sobre fluido: serían aquellos sistemas que emplean un fluido conductor como elemento de transmisión de la corriente eléctrica. Los fluidos teóricamente compatibles van desde los cañones agua salada, de la empresa Jaycor Tactical Systems, a los aerosoles de Rheinmetall. Yendo más allá encontraríamos los electrolaser, un concepto de arma que quedaría a mitad de camino entre las armas eléctricas y las de energía dirigida. Los electrolaser emplearían el canal de plasma generado por un láser para transmitir la corriente eléctrica sobre un objetivo, todo ello a altísimas velocidades.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos tiene en marcha dos proyectos muy interesantes en materia de ESW. Por un lado encontramos el proyecto Small arms Pulsed Electronic Tetanization at Extended Range (Specter), el cual busca el desarrollo de municiones de electroshock no letales desde 9mm hasta 40mm. Estas municiones deberán poder ser disparadas a 100 metros con armas estándar y cumplir con el principio de Human Electromuscular Incapacitation (HEMI) con efecto paralizante de entre 30 segundos y 3 minutos. Tras el rechazo de la Taser X12 y el Stinger S-200, parece que el proyectil de Harkind Dynamics acabará convirtiéndose en la munición Specter.
Por otro lado, el Pre-Emplaced Electric Vehicle Stopper (PEVS) es un sistema de control de accesos capaz de inutilizar el motor de vehículos de cualquier tamaño mediante una descarga eléctrica de alto voltaje. Se trata de un sistema portátil y operable remotamente que emplea un muelle para proyectar dos electrodos sobre el chasis del vehículo sospechoso que transmiten una corriente eléctrica para inutilizar el motor del vehículo sin afectar a los ocupantes. De esta manera se abre la puerta a emplear las ESW ya no solo contra personal, sino también sobre vehículos y otro tipo de dispositivos.
Principio de funcionamiento
El funcionamiento de las ESW se basa en la aplicación temporal de una descarga eléctrica de alto voltaje y baja corriente que, generalmente, actúa sobre el sistema nervioso del objetivo. Y decidimos “generalmente” porque, como ya hemos visto, también podrían emplearse sobre otro tipo de objetivos distintos a los seres vivos.
La corriente eléctrica es uno de los elementos clave para el funcionamiento de estos sistemas. Aunque emplean voltajes altos, será la regulación de la corriente eléctrica la que provoque los efectos deseados dentro de un espectro de letalidad. Los componentes que regulan estos parámetros son un oscilador, un inversor de potencia y un diodo-condensador. Este sistema permite multiplicar el voltaje para generar descargas de corriente continuas o alternativas. De esta manera, será la combinación entre voltaje y corriente eléctrica la que defina el rango de letalidad de las ESW. Como referencia, el rango de voltaje en el que trabajan estas armas oscila entre los 100 V y los 50.000 V, con tiempos de descarga de 10 a 100 μs. Con todo ello, encontramos cantidades de energía sobre el objetivo entre 1 y 10 J.
Taser X12 lanzando cartucho XREP. Foto: Taser
Aunque habitualmente pensamos que el voltaje es el parámetro eléctrico más peligroso, realmente no es así. La intensidad de corriente que circula por el cuerpo humano es realmente lo que provoca las lesiones e incluso la muerte. Entender la tolerancia eléctrica del cuerpo humano resulta crucial para el diseño de estas armas. Según la Ley de Ohm (V = I x R), donde V es el voltaje, I es la corriente y R es la resistencia, a mayor resistencia, menor corriente eléctrica. Por ejemplo, un Taser aplica descargas eléctricas de 1.200 voltios en pulsos de 100 microsegundos, generando una corriente eléctrica de 2 mA, suficiente para inmovilizar a un individuo. Controlar la corriente generada y el tiempo de exposición son cruciales para evitar sobrepasar el nivel de daño que puede llegar a causar la muerte. Podríamos establecer los 20 mA como la frontera a partir de la cual entramos en el espectro de la letalidad.
Es precisamente esta cuestión la que mayor dudas plantea. Las armas de electroshock han creado dudas éticas y legales sobre su empleo. Y en gran parte deriva precisamente de los efectos que puede llegar a crear en función de las condiciones físicas de cada individuo. Los parámetros óptimos para aturdir o paralizar a cierto perfil humano podría ser fatal para otras personas. Por ello el adiestramiento de los operadores de este tipo de armamento es fundamental.
Conclusiones
Las armas de electrochoque (ESW), también conocidas como armas eléctricas de conducción (CEW), aplican descargas eléctricas sobre objetivos. Aunque lo habitual es emplear este tipo de armas sobre personal, no se descarta la posibilidad de que se llegaran a emplear sobre otro tipo de material. Aunque el principio de funcionamiento es el mismo, las ESW pueden clasificarse en función de su concepto de empleo. Ya sea por contacto directo, por proyectiles o mediante fluido, los parámetros de este tipo de armas pueden regularse para cubrir el espectro de la letalidad desde aturdir, pasando por inmovilizar hasta poder llegar a causar daños irreversibles.
Su empleo no está exento de condicionantes legales y éticos. Aunque las fuerzas policiales de muchos países están dotadas de este tipo de armamento, las fuerzas militares aún no hacen un uso extensivo de las mismas. Quizás estemos ante una oportunidad para dotar a las fuerzas de combate de sistemas no letales que podrían ser de gran utilidad para acciones quirúrgicas, como la captura de personal hostil o actividades en entornos poblados.