El 19 de febrero de 2021 se celebró una nueva reunión de la Conferencia de Seguridad de Múnich, tal como se hace desde 1963, pero esta vez de manera virtual, para definir las políticas de seguridad entre los antiguos aliados transatlánticos, amistad que se había visto debilitada durante la administración del presidente Trump, quien puso en duras letras y números, los primeros mensajes enviados por el expresidente Obama respecto a la contribución del 2% del PIB a OTAN y la responsabilidad de Europa respecto de su propia defensa.
De esta reunión salieron aspectos relevantes como el retorno de EEUU al multilateralismo y la posición del presidente Joe Biden en el escenario internacional que resalta y que además destaca la visión respecto de China, Rusia e Irán.
Desde la perspectiva estratégica, esta posición de Biden y el intento de comprometer a Europa en su visión del problema internacional, podría traer algunos distanciamientos debido a acciones gestionadas por Alemania, como el acuerdo de inversión que cerró la UE con China el 30 de diciembre de 2020, que sin duda entorpecerá el planteamiento de EE.UU. respecto de China, ya que en su discurso, Biden pidió a los europeos trabajar juntos para rechazar las prácticas y políticas de Beijing que, según el mandatario, son económicamente abusivas; lo que evidencia dos miradas distintas del problema con China, sin olvidar que el destino interior de la Ruta de la Seda es Europa.
Junto con ello, es importante, desde la perspectiva geopolítica, el acuerdo alemán con Rusia respecto del gasoducto Nord Stream 2, respecto del cual EEUU es contrario desde la época del presidente Obama, sin embargo, el multilateralismo alemán, de Merkel, plantea que es necesario mantener los canales abiertos con Rusia. Al contrario, Francia y EE.UU. destacan la dependencia alemana al petróleo ruso y, ahora el presidente Biden evidencia la manipulación rusa de las redes lo que lo hace poco confiable.
Como vemos, desde el ambiente estratégico, la conferencia de Munich dejó material interesante respecto a la perspectiva de la seguridad que es necesario observar. La segunda jugada que se acerca en el tablero está relacionada con el aporte del 2% del PIB a OTAN y al desarrollo de la autonomía estratégica europea que puede golpear a OTAN o complementar la alianza atlántica.