ISBN: 978-84-9781-674-8
Año de publicación: 2011-10-23 00:00:00
Introducción del libro:
El libro muestra la trayectoria y el papel desempeñado por el Ministerio de la Guerra durante los años 1931-1939, contemplando el paso por la cartera de ministros tan destacados como Manuel Azaña, José María Gil Robles, Francisco Largo Caballero, Indalecio Prieto o Juan Negrín. Reúne más de 130 fotografías y documentos recopilados de diversos Archivos y se divide en tres bloques temáticos: el primero, dedicado al Palacio de Buenavista, sede histórica del ministerio; el segundo, titulado Tiempos de Paz (1931-1936), y el tercero, Tiempos de guerra (1936-1939).
Parece mentira que un proyecto como este no se hubiera abordado hasta ahora y, hay destacar el esfuerzo de concisión que muestra el equipo que lo ha confeccionado para aportar una idea sencilla pero riguroso de lo que representó ese Ministerio durante los tumultuoso años de la República y la Guerra Civil. Hay que reconocer que se trata de una mira amable, es decir resaltando más las dificultades que los errores, aunque no se evita reconocer que en conjunto no puede sacarse una conclusión demasiado positiva. Su directora, Manuela Aroca, lo reconoce en las primeras líneas: “Hacer una valoración de la política de defensa de la Segunda República es una labor complicada. Los resultados visibles de esta política son francamente negativos: en algo más de cinco años de vida de la República, el gran peligro que habían tratado de conjugar las autoridades republicanas, y concretamente la mayoría de los ministros que habían dirigido el Ministerio de la Guerra, un golpe militar, provocaba el inicio de la Guerra Civil que dividiría a España durante casi tres años. Por otra parte, también los resultados fueron negativos durante el periodo bélico, porque su el objetivo primordial era precisamente ganar la guerra, la derrota republicana en el conflicto bélico ¿no se convertía, una vez más, en un subrayado del fracaso de la política de defensa?” (pág. 19).
De los textos del libro, es necesario destacar el artículo de Bahamonde Magro sobre “La Consejería de Defensa del Consejo Nacional de Defensa” que analiza el periodo desde el golpe de estado del coronel Segismundo Casado (5 de marzo de 1939) y hasta el final de la Guerra Civil, un periodo no suficientemente estudiado hasta ahora. En ese tiempo, el Ministerio de la Guerra desaparece y es sustituido por un Consejo Nacional dirigido casi personalmente por Casado cuyo principio rector es lograr “una paz negociado – una paz honrosa”. La planificación del golpe contra Negrín y el Gobierno republicano, toma por sorpresa a las autoridades republicanas, con excepción de los comunistas madrileños que se oponen incluso violentamente. “Resulta engañoso e inexacto –afirma Bahamonde- afirmar que el Partido Comunista de España en bloque se opuso al golpe- Los comunistas madrileños sintieron y percibieron que iban a convertirse en moneda de cambio para esa paz honrosa” y por eso se opusieron en lo que se ha llamado “la pequeña guerra civil dentro de la Guerra Civil” que duró escasamente una semana.
Las conversaciones mantenidas por Casado con Franco a través del servicio de información (SIPM) desde febrero de 1939 colapsaron en marzo, con un endurecimiento de las exigencias de los nacionalistas. El 28 de marzo, a las 13.00 horas, el coronel Prado, nuevo Jefe del Ejército Republicano del Centro, rendía Madrid a los franquistas sin lucha. Casado abandona al día siguiente, 29, España a través del puerto de Gandía (Valencia) embarcando en el Galatea.