La OTAN presiona a Turquía para que no compre antiaéreos S-400 a Rusia

Ankara podría quedar fuera del sistema de defensa antiaérea integrada de la OTAN, entre otras restricciones, si se hace con los sistemas S-400 que ya ha encargado a Moscú. El presidente del Comité Militar de la Alianza Atlántica, el general Petr Pavel, ha sido el encargado de advertir a Turquía de que tendrá que afrontar las “consecuencias necesarias” en caso de que obtenga estas armas antiaéreas de las que las autoridades otomanas esperan recibir 400 sistemas.

El militar reconoció la semana pasada que cada miembro de la OTAN es libre de tomar sus propia decisiones en defensa, pero también explicó que la sola presencia en la región de los sistemas rusos “genera dificultades” para el despliegue de las infraestructuras de los países aliados en el territorio del país. De ahí que la compra anunciada el pasado septiembre podría llevar a la exclusión de Turquía del sistema de defensa integrada de la OTAN, además de sufrir otras restricciones técnicas.

El anuncio de la compra de esta arma llegó el pasado julio apenas una semana después de que Ankara firmase con la compañía franco-italiana Eurosam el desarrollo de un sistema antiaéreo propio. Previamente, Infodefensa.com ya informó de las intenciones turcas de suscribir este acuerdo con Eurosam y de adquirir al mismo tiempo los sistemas de misiles S-400 rusos.

Dos meses después, en septiembre, transcendió que Turquía había acordado con Rusia las compra de sistemas antiaéreos S-400, y que las entregas comenzarán antes de dos años, como recogió Infodefensa.com.

El sistema de misiles antiaéreos S-400 Triumf, fabricado por Almaz-Antey, está operativo en el Ejército ruso desde 2007. Se trata de un desarrollo heredero del sistema antiaéreo de largo alcance S-300P, y ha sido concebido para repeler amenazas como aviones, helicópteros, drones y misiles, tanto de crucero como tácticos, capaces de llegar con velocidades de hasta 4.800 metros por segundo.