Berlín tiene previsto gastar 4.000 millones de euros en su próxima generación de helicópteros militares pesados. La industria de Estados Unidos lleva camino de ser la principal beneficiaria del proyecto. Sikorsky, el fabricante del nuevo CH-53K King Stallion que ahora forma parte de Lockheed Martin, y Boeing, responsable del CH-47 Chinook, se erigen a día de hoy como los principales candidatos a este programa teniendo en cuenta que el Ministerio de Defensa ha mostrado su interés por adquirir un helicóptero pesado de bajo riesgo que ya exista.
Ante este panorama, Airbus, que es el mayor fabricante aeroespacial europeo y cuenta con fondos alemanes en su accionariado, se ha unido a otras siete empresas del país para impulsar su papel en el proyecto. Lo que las empresas alemanas quieren es que el ministerio separe la compra de las aeronaves de los trabajos de certificación, gestión y mantenimiento, que se prolongarán durante décadas.
De este modo, la industria local (en la que figura el fabricante de motores MTU Aero Engines) podrá hacerse con una parte de un pastel cuantificado en 3.840 millones de euros hasta 2029, informa Reuters. El programa, de momento, aún debe ser aprobado por el parlamento del país y los requisitos de las futuras aeronaves se conocerán el próximo año previsiblemente.
Fuentes de Airbus han mostrado su interés por conocer esas exigencias del cliente, a pesar de que reconocen que no cuentan en su catálogo con ningún aparato lo suficientemente grande para atender las necesidades que se espera que publique la Bundeswehr (Fuerzas Armadas alemanas).
Stefan Woelfle, jefe de programa de Airbus, cree que se trata de un proyecto “demasiado grande como para que la industria alemana no participe”. El director ejecutivo de Airbus Helicopters Alemania, Wolfgang Schoder, ha sido aún más contundente al señalar que de lo que se está tratando es “del futuro de la industria alemana de helicópteros”.
Berlín lleva tiempo buscando la sustitución a largo plazo de los helicópteros CH-53G con los que cuenta desde su adquisición en 1968. Con este objetivo ha tratado incluso de formar equipo con Francia para el lanzamiento de un programa de aeronaves de ala rotatoria para tareas de transporte. En 2004 trascendió un nuevo concepto franco-alemán denominado Helicóptero de Transporte Pesado (HTH, por sus siglas en inglés). La iniciativa perseguía la adquisición de un centenar de las nuevas aeronaves, sin embargo el proyecto no llegó a tomar impulso.
En vista de este malogrado plan el país estudia ahora la compra o bien de CH-53K King Stallion a Sikorsky (Lockheed Martin) o CH-47 Chinook a Boeing para asegurar su capacidad de carga pesada a largo plazo. El objetivo expresado hace meses es encargar el año que viene entre 40 y 60 helicópteros que comenzará previsiblemente a recibir en 2022. La actual flota de CH-53G pasaría entonces a retirarse gradualmente. Entre tanto, las autoridades germanas han encargado a Airbus la actualización de 26 CH-53 para alargar su vida operativa hasta al menos 2030. Los aparatos serán modernizados desde ahora y hasta el año 2022, que es cuando deberá concluir el trabajo.
Sobre la futura flota de helicópteros pesados Berlín ya preguntó el año pasado a Estados Unidos por el precio y la disponibilidad para la posible compra de 41 helicópteros CH-53K King Stallion a Sikorsky.