La ofensiva aérea que Moscú mantuvo durante seis meses en Siria desde septiembre de 2015 a petición del presidente del país, Bashar al Assad, ha servido de campo de pruebas de los sistemas de armas más novedosos con los que cuenta Rusia. El viceministro de Defensa, Yuri Borisov, ha explicado que en el país de Oriente Próximo “fueron probados prácticamente todos los tipos de armas modernas”.
Borisov ha revelado en una entrevista publicada por el diario oficial de las Fuerzas Armadas rusas Krasnaya Zvezda que durante las operaciones en Siria se han utilizado, entre otros, cazas Su-35S y Su-30SM, cazabombarderos Su-34, bombarderos Su-24M, aviones de ataque a tierra Su-25SM, bombarderos estratégicos Tu-160, Tu-22M3 y Tu-95MS, y helicópteros Ka-52, Mi-24, Mi-35 y Mi-28.
Desde este catálogo de plataformas se ha empleado “una amplia gama de proyectiles, incluyendo bombas aéreas guiadas”, ha apuntado el dirigente, informa la agencia oficial Sputnik. La aviación rusa también ha disparado, entre otras armas, “misiles de crucero lanzados desde el aire con un alcance de hasta 4.500 kilómetros".
Este ingente uso de material militar ha permitido a Moscú detectar algunos fallos y eliminar parte de ellos, según la fuente.
No es la primera vez que las autoridades rusas reconocen los beneficios adicionales que extrae de la guerra Siria. Hace un año Infodefensa.com publicó que el país preveía obtener, gracias a la publicidad generada ante potenciales clientes, un volumen de contratos para su industria militar que superaba en más de diez veces el gasto realizado hasta el momento en los bombardeos.
El viceministro de Defensa también ha revelado que en la actualidad "Los sistemas de misiles antiaéreos S-400 y S-300V4 y los sistemas de cañones antiaéreos Pantsir-S protegen con éxito el centro de apoyo logístico de la Armada rusa (en Tartus) y la base aérea de Hmeymim de eventuales ataques aéreos". Rusia mantiene su presencia militar en estos dos enclaves después de retirar el grueso de sus fuerzas en Siria hace más de un año.
Las revelaciones de Borisov se suman a las que unos días antes hizo el vicesecretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Mijail Popov, precisamente al mismo medio del Ministerio de Defensa. En ellas explicó que durante “los combates fueron probadas armas modernas y nuevos equipos militares". Estos ensayos, añadió, han permitido “determinar las perspectivas del futuro desarrollo de la modernización” del arsenal ruso.
La ONU estima que la guerra Siria ya se ha cobrado la vida de entre 300.000y 400.000 personas desde marzo de 2011.