La compañía sueca de aviación y defensa Saab ha concluido un seminario de dos días en Bruselas convocado para explorar potenciales acuerdos con empresas belgas del sector aeronáutico. El encuentro se enmarca en el programa que el país tiene previsto para sustituir a su actual flota de aviones F-16 con un nuevo modelo, y en el que el caza Gripen, fabricado por Saab, es uno de los candidatos.
Infodefensa.com informó hace dos meses de los movimientos de la compañía BAE Systems por tratar de convencer a las autoridades belgas para que elijan el Eurofighter, del que la firma británica es socio junto a Airbus Group y Leonardo-Finmeccanica. El país planea adquirir 34 aviones de combate del modelo ganador en un programa estimado en 15.000 millones de euros, incluido su ciclo de vida.
Entre los candidatos también se encuentran las compañías norteamericanas Lockheed Martin, con su F-35A Lightning II, y Boeing, que opta con su F/A-18E/F Super Hornet, y la francesa Dassault Aviation, fabricante del caza Rafale.
Al evento organizado ahora por Saab acudieron en torno a 40 compañías belgas del sector. “La gran asistencia de empresas y el interés mostrado durante el seminario representaron una nueva prueba de la vitalidad y diversidad del sector aeronáutico en Bélgica”, informa la el organizador sueco. Los asistentes al seminario conocieron de manos de representantes de Saab los diferentes ámbitos de posible cooperación dentro del ciclo de vida del Gripen, incluidos el desarrollo, la producción y el mantenimiento de los aparatos.
El nombre del ganador definitivo del concurso belga se conocerá si no hay contratiempos a mediados de 2018 y el contrato tendrá la forma de acuerdo gobierno a gobierno, por lo que las ofertas parten de agencias gubernamentales.
El objetivo es que el avión elegido comience a reemplazar a los F-16 en 2023, aunque este dato, como la cifra final de la compra, constituye de momento una mera estimación, de acuerdo con el responsable del plan, el coronel Harry Van Pee. El ciclo de vida de cuatro décadas calculado para los aviones supone en torno al triple del valor de la compra, de lo que se deduce un desembolso aproximado por los aviones de 3.750 millones de euros.
El número escogido de 34 aeronaves se basa en las necesidades consideradas por Bélgica para poder defender su espacio aéreo y contar con al menos seis unidades desplegadas en el extranjero, como ocurre actualmente con los F-16 que el país envió desde principios de año en Estonia dentro de la misión de Policía Aérea del Báltico de la OTAN, a petición de países de la zona ante las tensiones generadas en torno a la participación Rusa en el conflicto de Ucrania.
Imagen: Saab