El futuro LSS (buque de apoyo logístico) italiano de 165 metros de eslora ya tiene colocada su quilla. La nave, que comenzó a construirse el pasado febrero en las instalaciones que la compañía tiene en Riva Trigoso al noroeste del país, es la primera unidad de un plan de renovación de la marina italiana que incluye la construcción de otros siete grandes buques.
El más importante de estos barcos será una nueva unidad anfibia portaaeronaves (LHD) de unos 200 metros de eslora. El resto del plan contempla media docena de patrulleras multipropósito (PPA) de 129 metros y la opción de construir cuatro más. El proyecto supone una inversión aproximada de 5.400 millones de euros.
Fincantieri creó en octubre una unión temporal de empresas (RTI, por sus siglas en italiano) junto a la multinacional tecnológica Finmeccanica (ahora Leonardo-Finmeccanica) para la producción del LSS al que se acaba de colocar la quilla y la de los patrulleros. Dejando a un lado el LHD, estos siete buques están valorados por sí solos en casi 3.500 millones de euros, de los que unos 2.300 millones serán pagados a Fincantieri y otros 1.200 millones irán a parar a Leonardo-Finmeccanica.
El acuerdo fue suscrito con la Organización Conjunta de Cooperación en Materia de Armamento (OCCAR) –entidad intergubernamental de la que forman parte Alemania, Bélgica, España, Francia, Italia y Reino Unido–.
La ceremonia de puesta de quilla del LSS tuvo lugar este martes y está previsto que esté listo y entregado en 2019. En realidad lo que se construye en Riva Trigoso es la primera sección del barco, que pesará en torno a 7.000 toneladas y medirá 86 metros de longitud por 24 metros de anchura y 16,3 metros de alto.
Cuando esta parte esté concluida, dentro de unos meses, se lanzará al mar para ser transportado al astillero de Muggiano con el objetivo de unirse a la sección de proa, que también comenzó a fabricarse el pasado febrero en Castellammare di Stabia, en la provincia de Nápoles.
El LSS transportará y suministrará a los buques de la flota militar italiana líquidos (gasoil, combustible para aviones y agua dulce) y sólidos (repuestos de emergencia, alimentos y municiones) además de servir de taller flotante para reparar y mantener a las demás naves. La embarcación también estará dotada de un hospital totalmente equipado con quirófanos, salas de radiología, análisis y dentista, y espacio para albergar hasta a una docena de pacientes gravemente heridos. En caso de necesidad, la nave podrá alojar hasta ocho módulos residenciales y de atención sanitaria.
También estará preparado para suministrar a tierra desde agua potable hasta 2.500 kw de potencia. Servirá de base de operaciones de rescate con helicópteros y buques especiales. Y, para cuando pueda necesitar extraer elementos del agua, dispondrá de una grúa estabilizada de 30 toneladas.
En su interior alojará a doscientas personas y podrá alcanzar una velocidad de 20 nudos.
En cuanto a su capacidad de defensa, únicamente contará con un sistema de mando y control para escenarios tácticos, equipos de comunicaciones y medios de defensa disuasivos, no letales. En todo caso, el buque estará preparado para alojar sistemas de armas más complejos y para convertirse en una plataforma de inteligencia y guerra electrónica.
Imagen: Fincantieri