La apertura de la industria japonesa al mercado internacional de armamento ha despertado el interés de algunas armadas hacia sus submarinos Soryu. A Australia, que ya ha mostrado su preferencia por este buque en su programa de futuro submarino, se suma ahora Taiwán. El contraalmirante taiwanés David T.W. Yang ha revelado que su país está “en comunicación” con Japón para la posible adquisición de un lote de naves de esta clase. Con ellos Taipei obtendría la capacidad que en 2001 le encargó a Estados Unidos sin que, catorce años después, se haya materializado en nada.
Además de que EE UU lleva desde 1959 sin construir ningún submarino diesel-eléctrico como los que contempla el encargo taiwanés, la parálisis del proyecto se explica, entre otros factores, por las nuevas relaciones con China del país norteamericano.
Como alternativa, Taiwán ha llegado a anunciar el inicio del proyecto de construcción de unos sumergibles alternativos de desarrollo propio, tal y como informó Infodefensa.com a principios de año. Los trabajos de diseño quedaron programados para ser iniciados en 2016.
En este contexto, Yang ha admitido que su país mantiene una vía abierta para la compra de buques japoneses. Así lo afirmó durante la apertura de una conferencia acerca del futuro programa de submarinos taiwanés organizada por el grupo de influencia (think tank) norteamericano Project 2049 Institute, especializado en asuntos de seguridad sobre las regiones de Asia central y Asia-Pacífico.
En su discurso, pronunciado el 1 de diciembre, el contralmirante taiwanés explicó que los dos únicos submarinos operativos con los que cuenta el país, de la clase Zwaardvis (en la imagen superior), necesitan ser reformados “urgentemente”, mientras que las otras dos naves de la clase Gruppy de las que dispone como plataformas de formación deben ser retiradas. De ahí que se haya “instando a los EE UU para que acelere el proceso FMS (venta militar al extranjero) para proveer a Taiwan con los submarinos que necesita con urgencia”.
En este contexto Taipei decidió iniciar hace un año el denominado programa de Submarino Indígena de Defensa (IDS, por sus siglas en inglés). Este proyecto contempla la construcción de las naves en el país con asistencia extranjera, incluida de Estados Unidos. En todo caso, la opción prioritaria sigue siendo la compra a Estados Unidos, explicó el contraalmirante, de acuerdo con Defense News.
Mientras que Washington no ofrezca una respuesta concreta, Taipei continuará basando su política en este doble programa: la adquisición a EEUU y la fabricación propia.
En este marco llegan unas conversaciones con Japón posibilitadas por la reciente apertura de Tokio a la exportación de armamento. Tras décadas de restricciones a la industria de defensa, como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, el país ha vuelto a liberar las ventas a gran escala al exterior. La vía japonesa además se ve alentada para Taipei por el proceso en el que las compañías niponas Kawasaki y Mitsubishi ya están inmersas con el objeto de desarrollar un lote de submarinos Soryu junto a Australia con los que dotar a su Marina Real.
Según el experto Bog Nuget, de la analista de mercados navales AMI International, el precio actual de un casco del submarino Soryu (Imagen inferior), incluido su sistema de propulsión independiente del aire, ronda los 500 millones de dólares, mientras únicamente la fase de diseño de la opción estadounidense ya se estima en 800 millones.
El compromiso de construcción de ocho submarinos diesel-eléctricos por parte de Estados Unidos forma parte de un paquete de suministro de armamento para Taiwan lanzado por Washington en 2001 en el que también se incluyeron cuatro destructores de la clase Kidd y 12 aviones de patrulla marítima P-3C Orion.