El Ministerio de Defensa de la República Árabe de Egipto ha suscrito este fin de semana la compra a DCNS de dos buques de proyección y mando (BPC, por las siglas en francés de bâtiments de projection et de commandement) de la clase Mistral. Con la compra de estos portahelicópteros la marina egipcia contará en la próxima década con una flota de al menos siete naves diseñadas y construidas por el astillero de copropiedad estatal francesa (el 62,48 por ciento de su accionariado está en manos del ejecutivo del país, mientras que otro 35 por ciento pertenece a Thales). En esa flota se incluye la adquisición a principios de año una fragata Fremm ya construida y el encargo de cuatro corbetas de la clase Goswind 2500, cuya primera unidad comenzó a fabricarse el pasado marzo.
A estas ventas previas se ha referido el presidente y consejero delegado del grupo, Hervé Guillou, al señalar el orgullo que sienten en DCNS “de que la marina egipcia siga poniendo hoy su confianza en nosotros con la firma de un contrato para la entrega de los BPC de la clase Mistral”.
Los nuevos buques, clasificables como de asalto anfibio (LHD), estarán operativos en su base egipcia desde el verano de 2016 si no se producen contratiempos y después de un periodo de formación de sus futuras tripulaciones que tendrá lugar en la primera mitad del próximo año. Se tratará de la segunda armada del mundo que recibe formación para operar con estos buques, después de que el año pasado se adiestrase sobre su uso a militares rusos.
Los dos barcos, denominados inicialmente Vladivostok y Sebastopol, ya están construidos porque son unidades encargadas en origen por Rusia a Francia en 2011 y no entregadas como represalia de Occidente por el papel que Moscú está interpretando en el conflicto de Ucrania.
Según las estimaciones del Senado francés recogidas por Infodefensa.com, Egipto pagará entre 950 y 960 millones de euros por los barcos, por debajo de los 1.200 millones por los que fueron encargados originalmente por la intermediaria estatal rusa Rosoboronexport. Teniendo en cuenta que París debe reembolsar el dinero que Moscú ya le adelantó por los buques y por costes derivados de la formación de la tripulación que ya se había iniciado y la compra de equipos específicos, Francia perderá en torno a 400 millones de euros en la operación. En todo caso supone el logro de haber revendido unos buques cuyo destino, tras la decisión de no entregarlos a su comprador original, pasó, entre otras alternativas, incluso por su compra por parte de la OTAN o la prestación de servicios dentro del entorno de la Unión Europea.
Los Mistral son unas naves, de las que la Marina francesa ya cuenta con tres unidades, capaces de acoger en sus 199 metros de eslora y 23.000 toneladas de desplazamiento, hasta diecisiete helicópteros, setenta blindados, 450 soldados distintos a su tripulación y cuatro lanchas de desembarco.