Moscú prevé iniciar en 2016 la construcción de sus propios buques portahelicópteros para sustituir a los de la clase Mistral encargados, y ya construidos, en Francia y que París no le entrega como represalia por el papel ruso en el conflicto ucraniano. La Oficina de Diseño de Neva, en San Petersurgo, ya ha elaborado un proyecto del nuevo modelo.
Cada uno de los nuevos barcos medirá 165 metros de eslora por 25 de manga y desplazará 14.000 toneladas, frente a los 199 por 32 metros y las 16.500 toneladas estándar (hasta 32.300 con lastre) de los Mistral franceses. En su interior cada nave podrá alojar hasta medio millar de infantes de Marina (450 los Mistral) y entre 40 y 60 piezas de equipo militar (frente hasta 70 vehículos en el portahelicópteros galo) y portar hasta ocho helicópteros (16 el buque francés) Ka-27 y Ka-52K, informa la agencia estatal Ria Novosti, que ha detallado el proyecto –denominado Priboi– citando este martes una fuente del sector de defensa ruso. Los futuros portahelicópteros estarán equipados además con sistemas antiaéreos Caparazón-M.
Nuevos desmentidos sobre el acuerdo con Francia
El director del departamento de cooperación técnico militar de la Compañía Unida de Construcción Naval, Alexéi Dikiy, reveló este jueves que Francia ha entregado a Rusia tecnología de montaje de grandes bloques utilizada en la construcción de los Mistral. Sin embargo, el ministro de Industria y Comercio ruso, Denís Mantúrov, salió poco después a desmentirlo. “No, no la hemos recibido”, se apresuró a declarar en un nuevo capítulo de confusión en torno a los portahelicópteros franceses. A finales de mayo Moscú también negó las declaraciones de un alto cargo –el vicepresidente de la Comisión Industrial Militar, Oleg Borckarev, en ese caso– que aseguró que su país ya había renunciado totalmente a los buques de asalto anfibio de la clase Mistral encargados a Francia.
Como recogió Infodefensa.com, el propio viceprimer ministro ruso, Dimitri Rogozin, explicó después, tras amonestar severamente a Borchkarev, que Rusia aún podría acabar quedándose con los barcos construidos en Francia. “Rusia no ha renunciado formalmente a los buques”, aclaró el viceprimer ministro.
Los dos buques, encargados a los astilleros franceses DCNS por la intermediaria rusa Rosoboronexport en un contrato de 1.200 millones de euros firmado en 2011, ya han sido botados. El primero, denominado Vladivostok, se encuentra desde hace meses listo para su entrega, que debía haber tenido lugar el pasado noviembre. La segunda unidad, el Sebastopol, aún está recibiendo unos últimos trabajos antes de quedar completamente preparado para su entrega el próximo otoño.
El contrato inicial también contemplaba la posibilidad de que Rusia construyese otras dos unidades más del diseño de DCNS en astilleros propios, una vez que los franceses hubiesen entregado las dos fabricadas en los suyos. Moscú ha desarrollado una versión naval del helicóptero Ka-52 específica para estos buques y una nueva generación de sistemas que debían ser instalados en el Vladivostok y Sebastopol.
Imágenes: Marina Francesa