La industria china de aviación militar está desarrollando un avión capaz de despegar en pistas cortas y aterrizar verticalmente –características conocidas por las siglas en inglés STVOL– para la Armada del país. A finales de marzo la principal compañía aeronáutica del país, Aviation Industry Corp of China (AVIC), anunció que sus filiales AVIC Chengdu Engine Group y China Aviation Engine Establishment han firmado un acuerdo para desarrollar conjuntamente un motor para aviones STOVL. La compañía explicó en un comunicado que el programa del nuevo avión persigue aumentar las capacidades de combate anfibio de las fuerzas armadas del país.
De momento ya se ha comenzado a trabajar en componentes de la futura aeronave, incluido el motor, informa el diario local China Daily, que cita al experto Wang Ya´nan, subdirector en jefe de la revista especializada Aerospace Knoledge.
Wang recuerda que los principios aeronáuticos que permite la operatividad de este tipo de aviones ya se conocen desde hace más de cuarenta años, “por lo que nuestros diseñadores deben ser capaces de desarrollar el avión por su propia cuenta”.
El primer avión de este tipo en fabricarse en serie y entrar en servicio fue el británico Hawker Siddley Harrier, a finales de los años 1960. A partir de entonces casi todos los diseños de aeronaves STVOL se basan en los Harrier.
También de finales de los años 1960 data la primera intentona china de contar con un ingenio similar. Los requisitos solicitados entonces a los centros de investigación aeronáuticos del país se basaban en la obtención de ala fija capaz de despegar y aterrizar verticalmente, recuerda China Daily. Las dificultades técnicas para conseguirlo llevaron a sus responsables a abandonar el proyecto. En la siguiente década el país se interesó incluso por comprar el desarrollo británico, pero su alto coste acabo desanimándole.
Los futuros STOVL chinos podrían operar desde el portaaviones Liaoning SNC, puesto en servicio recientemente, y también desde otros buques. Con ellos se aliviaría la carga de trabajo de los cazas J-15 del portaaviones, que se centrarían en operaciones de largo alcance mientras los STOVL se encargarían de los aviones enemigos que estuviesen tratando de llegar, explica Wang.
Posible compra de buques anfibios franceses
El experto ve improbable que Pekín mantenga en el futuro guerras lejos de sus costas, por lo que las operaciones anfibias limitadas en el entorno de las aguas territoriales chinas se vislumbran como un escenario más probable. De ahí la opción de contar con cazas STOVL de apoyo aéreo.
Wang añade que estos aparatos serían el complemento perfecto para futuros buques de asalto anfibio chinos. Precisamente estos días se ha publicado que los buques de este tipo que Francia ha construido para Rusia podrían acabar finalmente vendidos a China. En todo caso, estos barcos, de la clase Mistral, no fueron en principio pensados para operar con aviones.
Foto: Ministerio de Defensa de China