El Gobierno argentino ha seleccionado a la empresa española Igeotest Geoscience para buscar el submarino ARA San Juan, desaparecido desde el 15 de noviembre en el Atlántico Sur con 44 tripulantes a bordo. La firma deberá proveer un vehículo submarino autónomo (AUV), un servicio para el que contará con un presupuesto de 3,7 millones de dólares, según lo publicado por la Oficina Nacional de Contrataciones del Ministerio de Modernización.
Las autoridades del país austral han tardado un mes en evaluar las ofertas de las nueve empresas que, como reveló entonces Infodefensa.com, fueron aceptadas en el proceso de “contratación directa de urgencia” convocado por el Ejecutivo. En la licitación publicada en ese momento se solicitaban dos cosas: una unidad de superficie y/o una submarina habilitada para la "búsqueda batimétrica, sonográfica, magnetométrica y de imágenes de vídeo” en el área en el que se perdió el rastro del sumergible de la Armada argentina.
Finalmente, el Gobierno concluyó que ninguna de las empresas que presentaron sus ofertas cuenta con un buque habilitado para el operativo, pero sí consideró que Igeotest Geoscience puede proporcionar un AUV con capacidad de llegar hasta los 3.000 metros de profundidad donde se cree que puede encontrarse el San Juan.
En cuanto al barco, el Ejecutivo de Mauricio Macri prevé utilizar el ARA Austral, buque oceanográfico que prestaba servicios al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) pero que, en estos momentos, se encuentra en reparación.
De momento, la empresa española está “preadjudicada”, lo que significa que, a lo largo de esta semana, las otras postulantes podrán impugnar la decisión. Pasado este tiempo, el contrato se considerá cerrado.
Pese a que este proceso no hubiera sido posible sin la insistencia y las presiones de un grupo de familiares de los tripulantes, estos han manifestado su rechazo a la resolución oficial.
En un comunicado, algunos de ellos señalaron que el no haber considerado a ninguna empresa válida para aportar una unidad de superficie, sumado a que Igeotest Geoscience probablemente no cuente con un AUV hasta finales de año, les genera “muchas dudas y preocupaciones”. De ahí que pidiesen “explicaciones y acciones urgentes” desde el Gobierno, sobre todo teniendo en cuenta que se acerca el invierno austral y las condiciones meteorológicas para la búsqueda pueden complicarse notablemente.
Pese al operativo sin precedentes que se realizó en el Atlántico Sur, desde aquel 15 de noviembre de 2017 no hay rastro alguno del submarino. Su última comunicación la estableció a unas 240 millas náuticas (unos 430 kilómetros) de la costa patagónica argentina, cuando volvía a su base naval, después de realizar ejercicios militares en la zona más austral del país.
Lo único que se sabe a ciencia cierta es que el día que el buque se contactó con la base naval por última vez, en la misma zona desde la que lo hizo, se registró una explosión. Horas antes, el comandante había llamado a la base naval para comunicar que se había producido un cortocircuito en las baterías debido a la entrada de agua como consecuencia del complicado temporal.
Además de la gran indignación de las familias de la tripulación y de rumores y cavilaciones de todo tipo, este caso ha desatado una fuerte crisis en las Fuerzas Armadas del país, provocando destituciones como la del propio jefe de la Armada, Marcelo Srur, a finales de año, como publicó Infodefensa.com. También ha provocado la apertura de varias causas judiciales y la puesta en marcha de una comisión parlamentaria específica.