La crisis que ha provocado en la Armada argentina la desaparición del ARA San Juan el pasado 15 de noviembre en el océano Atlántico con 44 tripulantes a bordo continúa profundizándose. Este fin de semana, fuentes oficiales confirmaron que el Gobierno de Mauricio Macri le pidió la dimisión al jefe de la fuerza naval, Marcelo Srur.
La medida, solicitada por el ministro de Defensa, Oscar Aguad, es resultado de la investigación interna de la Armada para discernir responsabilidades por las posibles irregularidades cometidas durante la búsqueda del submarino, sobre todo en los primeros días, en los que sospecha que Srur ocultó información relevante al Ejecutivo. Todavía no se sabe quién sucederá al almirante, que estaba al frente de la fuerza naval desde enero de 2016, tras la llegada de Macri a la Presidencia, y por el momento se designará a un jefe interino.
Su marcha llega después de que la pasada semana suspendiesen al contraalmirante Luis Enrique López Mazzeo, comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada, y al capitán de navío Claudio Villamide, comandante de la Fuerza de Submarinos (COFS), como publicó Infodefensa.com. En ambos caso, el portavoz de la Armada, Enrique Balbi, insistió en que se trataba de algo “temporario y preventivo” hasta que culmine la investigación puesta en marcha por la propia Marina, que es paralela a la iniciada por la jueza Marta Yáñez y a la que llevará a cabo una Comisión impulsada desde el Ejecutivo, independiente del Ministerio de Defensa. La afirmación de Balbi no evitó la marcha voluntaria de otras autoridades de la fuerza.
Más de un mes sin respuestas
El ARA San Juan lleva 33 días en paradero desconocido. El operativo sin precedentes que lidera en el Atlántico Sur la Armada argentina y en el que han colaborado 18 países –de los cuales cada vez quedan menos, como Reino Unido, Rusia o Estados Unidos- no ha dado todavía ningún resultado que permita arrojar luz y calmar la ansiedad de los familiares de los 44 tripulantes.
Por el momento, lo único que se sabe a ciencia cierta es que el día que el buque se contactó con la base naval por última vez, en la misma zona desde la que lo hizo, se registró una explosión. Horas antes, el comandante había llamado a la base naval para comunicar que se había producido un cortocircuito en las baterías debido a la entrada de agua como consecuencia del complicado temporal.
Pero, tal y como ha aclarado en numerosas ocasiones el portavoz de la Armada, Enrique Balbi, la avería fue controlada y el comandante comunicó que seguía su camino, por lo que, en principio, no debería ser la causa del incidente que provocó su desaparición el pasado 15 de noviembre, a unas 240 millas náuticas (unos 430 kilómetros) de la costa patagónica argentina.