Declarada desierta la licitación internacional para instalar un MRO en el centro de Uruguay

La esperada licitación internacional para la concesión, instalación y explotación de un centro de MRO (Maintenance, Repair and Overhaul o Mantenimiento, Reparación y Revisión) de aeronaves fue declarada desierta al no presentarse ningún oferente.

Esta licitación, cuya preparación llevo bastante tiempo debido a que el espacio a utilizar es parte de la Brigada Aérea Nº 2 de la Fuerza Aérea Uruguaya en Durazno, se veía como una oportunidad para generar ingresos financieros para las decaídas arcas del Ministerio de Defensa, pero así también como una forma de generar empleos y dinamismo utilizando áreas ociosas de la base en el centro del país.

Las facilidades que posee la Fuerza Aérea en el área sumadas a la localización estratégica de la base se estimaron como beneficios únicos para los potenciales usufructuadores, pero lamentablemente la oferta no genero interés por lo que habrá que rever las condiciones del contrato y si en definitiva existe alguna forma de hacer más tentadora la proposición.

La Fuerza Aérea Uruguaya se encuentra pasando por una crisis presupuestal enorme lo cual ha derivado en una operabilidad a mínimos históricos, sobre todo en lo referente a aeronaves de combate. Con apenas un puñado de aviones operativos, incluyendo entre dos a tres Cessna A-37B Dragonfly y tres Pilatus PC-7U Turbo Trainer, la fuerza carece de cualquier capacidad de combate medianamente disuasiva. La baja de los FAdeA (Ex FMA) IA-58 Pucara y la pérdida en accidentes de aeronaves A-37B y PC-7U nunca fue suplantada, por lo que además de ser medios totalmente desfasados en el tiempo, ni siquiera se han repuestos las perdidas operativas.

Ante esta crítica situación cualquier influjo de capital es bienvenido, pero lamentablemente esta alternativa no funciono por lo que habrá que seguir buscando opciones. Lamentablemente, a nivel gubernamental no aparecen las soluciones financieras para revertir la situación por lo que cada vez esta mas cerca la perdida definitiva de capacidades de combate de la Fuerza Aérea para convertirse en un operador cuasi civil, equipada únicamente con aeronaves de transporte y helicópteros de rescate.