El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó a la Fuerza Armada Nacional realizar un ejercicio cívico militar de defensa integral, entre el, 26 y 27 de agosto, en todo el territorio nacional, en respuesta a las recientes declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el sentido de que no descartaba una intervención militar en Venezuela para contribuir a la "restitución de la democracia" en el país sudamericano.
"He dado la orden al Estado Mayor Superior de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, para iniciar los preparativos para un ejercicio nacional cívico militar de defensa integral armada en la cúpula venezolana", anunció Maduro, el 14 de agosto, durante una concentración de seguidores en Caracas.
Como se sabe, el pasado 12 de agosto, el presidente Trump, en declaraciones a la prensa al ser interrogado sobre la situación en Venezuela, expresó: “Tenemos muchas opciones respecto a Venezuela, incluida una posible opción militar si es necesaria” y añadió: “Tenemos tropas desplegadas por todo el mundo en lugares que están muy lejos. Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y está muriendo".
Previamente, el 26 de julio, Departamento del Tesoro de Estados Unidos, ordenó la congelación de todos los activos en territorio norteamericano de trece altos funcionarios venezolanos y la prohibición a personas “estadounidenses tratar con ellos”. Se incluye en la lista a cinco oficiales generales de la Fuerza Armada Nacional, por ser, presuntamente, “responsables de la violencia y represión” de las manifestaciones opositoras, entre los que se encuentran el actual ministro de Interior y Justicia y los comandantes generales del Ejército y la Guardia Nacional.
Por su parte, el ministro del Poder Popular para la Defensa, general en jefe (Ejército) Vladimir Padrino López, en nombre de la Fuerza Armada Nacional, leyó un comunicado expresando, entre otras cosas, lo siguiente: “Esta infeliz afirmación quedará registrada como una de las más graves amenazas que alguna vez se haya lanzado sobre nuestra amada nación, no solo porque proviene del gobierno de la mayor potencia militar del mundo, sino también porque constituye el corolario de un plan intervencionista”.
Una crisis sin fin
Venezuela atraviesa, desde hace dos años, por una grave crisis política, económica, social y humanitaria, que cada día se acrecienta más. Las protestas de la oposición que se han sucedido desde el pasado mes de abril, suman más de 110 fallecidos, como consecuencia de los enfrentamientos y la fuerte represión de la Guardia Nacional, la Policía Nacional Bolivariana, así como la participación de grupos de civiles armados afectos al gobierno, conocidos como “colectivos.
Pero la situación se ha agravado a raíz de la elección y constitución de una Asamblea Nacional Constituyente convocada por Maduro y elegida el pasado 30 de julio, sobre bases comiciales consideradas inconstitucionales por la oposición y en unos comicios cuestionados, incluso por la empresa contratada por el Consejo Nacional Electoral para auditarlos. El oficialismo pretende que la Asamblea Constituyente, integrada en su totalidad por “constituyentistas” afines al gobierno, se convierta en un “poder supremo” que rija el resto de los poderes públicos y remplace a la Asamblea Nacional, actualmente bajo el control absoluto de la oposición.
La Asamblea Nacional Constituyente, antes y después, de su elección ha generado el rechazo internacional. Gobiernos de 50 más de países, incluyendo los de Suiza y el Estado del Vaticano, además de organismos internacionales, no solo la han rechazado sino que, muchos, han expresado que no la reconocerán como poder constituido. Además, no pocos gobiernos, principalmente latinoamericanos, han declarado que en Venezuela se rompió el orden constitucional y algunos han calificado al gobierno del presidente Maduro como una “dictadura”. Hay que decir, sin embargo, la mayoría de los gobiernos latinoamericanos han manifestado su rechazo a lo expresado por Trump sobre una eventual “intervención militar” en Venezuela.
En ese orden de cosas, el vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence, en una gira por varios países de Sudamérica que inició tras las declaraciones de Trump, dijo en Colombia: “Estados Unidos impedirá que Venezuela se convierta en un Estado fallido que amenace la seguridad de la región”.