El Gobierno argentino estudia adaptar las aeronaves Hercules C-130 de su Fuerza Aérea para que puedan funcionar como hidroaviones con el objetivo de combatir incendios, como los que han arrasado ya más de un millón de hectáreas de campo en el centro del país desde octubre.
La iniciativa surge de la reunión que mantuvieron la semana pasada el ministro de Defensa, Julio Martínez, y su par de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman. El proyecto se realizará en la Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (FAdeA), en la provincia de Córdoba. El objetivo es articular un sistema pueda hacer frente al manejo del fuego y a otras inclemencias climáticas de forma más efectiva.
Por el momento, la idea es que, de los cinco equipos con los que cuentan, uno, el Lockheed L-100, que es la versión civil del Hercules C-130, esté equipado para evacuaciones sanitarias, el transporte de bienes del Estado para asistencia social y, sobre todo, el ataque al fuego, ya que este modelo podría cargar hasta 15.000 litros de agua frente a los 1.500 que aguantan los aviones actuales dedicados a la extinción de incendios.
Según revelaron a Infodefensa desde la cartera de Martínez, la adaptación consiste en habilitar unas compuertas en el fuselaje y unas válvulas que regulan el líquido para que cuando se expulse, pueda caer todo en un instante y lograr el “doble efecto” deseado: el enfriamiento y la asfixia del fuego.
A esto se suma la instalación de un kit, fabricado en Canadá o en Estados Unidos, que segmenta los 15.000 litros en seis lugares diferentes para mantener la estabilidad del vuelo y que se monta en el avión sólo cuando va a ser utilizado.
La idea sería incorporar otra aeronave de este tipo para tener operativos dos Hercules “hidrantes” y, de esa forma, armar una misión de “alto impacto” para la extinción de incendios.
El proyecto está ahora mismo bajo el análisis de ambos ministerios y de la propia Presidencia argentina, ya que para el kit y la adaptación del fuselaje es necesaria una inversión de 3,7 millones de dólares que no estaba contemplada en el presupuesto de este año. Sin embargo, los destrozos ocasionados por las llamas en los últimos meses avalan la necesidad de estos equipos.
Todo ello iría acompañado de infraestructuras de apoyo en tierra, ya que los incendios suelen producirse en zonas alejadas de las bases aéreas, por lo que la finalidad es acercar tanques de almacenamiento de agua y el resto de la logística lo máximo posible a las localidades damnificadas para no darle tiempo al fuego a que se propague.
Fotos: FAdeA/Fuerza Aérea Argentina