El sector de la Defensa en Latinoamérica se enfrenta a un año, el 2017, en el que casi todos los países deben completar o asentar los diferentes planes de modernización de sus Fuerzas Armadas y la consolidación de su industria local. El sector planea para este ejercicio diversos hitos, ya que 2017 se presenta como un año clave para los grandes proyectos de la región aún por adjudicar. Sirva como ejemplo que, solo en el ámbito naval, este año deberían despejarse las adjudicatarias de las PES colombianas o las patrulleras uruguayas, pasando por el inicio del programa de las fragatas peruanas.
Tras las inestabilidades políticas derivadas de los cambios de gobierno acontecidos en 2016, 2017 se presenta como un año tranquilo en lo político, lo que se espera redunde en estabilidad para el sector. En el ámbito de las adquisiciones todos los países han enfocado sus presupuestos a modernizar y ampliar flotas aéreas, marítimas y terrestres.
Planes de compra y grandes programas
Los planes de adquisiciones previstos para 2017 son muy ambiciosos. Sorprenden en este sentido casos como el venezolano donde, a pesar de la crisis social que vive el país, el programa de compras y modernización de material abarca desde la recuperación del parque de blindados de tierra a la adquisición de helicópteros Mi-35M2 la incorporación del buque patrullero Comandante Eterno Hugo Chávez (GC-24), construido por Navantia y Dianca, o la entrega de varios patrulleros de Damen pasando por la compra de aviones de combate Sukhoi Su-30MK2. Otros países como México, con una flota aérea caduca, han apostado por ampliarla a lo largo de este año con varios modelos de Bell, Airbus, Russian Helicopters y Sikorsky. En Perú, la principal apuesta pasa por la adquisición de plataformas terrestres en un plan con el año 2030 como tope.
En el ámbito industrial, el astillero SIMA Perú aspira a extenderse por el Caribe y Seman pretende asentarse como ensambladora de aviones KT-1P. Colombia, por su parte, mira al postconflicto con una industria local asentada y los deberes hechos. En planes de adquisición destacan las Plataformas Estratégicas de Superficie (PES) y en el ámbito industrial la historia también va por el sector naval, con Cotecmar pendiente de varios contratos en la región. En Brasil, los proyectos de su arma submarina debería empezar a ser visibles este año, así como el Sistema Integrado de Monitoreo de Fronteras (Sisfron) y una nueva fase del proyecto Guaraní. Así mismo, el programa de Embraer KC-390 debería formalizarse este año, igual que el de los cazas Gripen de Saab que se construirán en el país. En Argentina continúan la búsqueda de un sustituto a sus jubilados Mirage y en Uruguay también se buscan aeronaves con las que reforzar la flota.
En conclusión, 2017 debería ser el año de la consolidación de la industria local y su expansión hasta convertirse en empresas de índole regional. Los diferentes trasvases de tecnología derivados de los grandes acuerdos de compra deberían empezar a dar sus frutos este año con la construcción de nuevos centros como el de aviones en Brasil, el de helicópteros en Perú o el de fusiles en Venezuela y con la construcción conjunta de plataformas ya sean navales, terrestres o aéreas. También debería ser este el año en el que salieran adelante alguno de los mayores proyectos de la región, como el de las PES colombianas, las fragatas peruanas o los patrulleros uruguayos.
Foto: Fuerza Aérea de Brasil/KC-390