Los presidentes de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, y de Panamá, Juan Carlos Varela, firmaron un acuerdo para identificar a migrantes irregulares peligrosos.
Dicho acuerdo se rubricó durante una reunión la semana pasada que sostuvieron ambos mandatarios en el distrito panameño de Boquete, en la provincia de Chiriquí (oeste del país), fronteriza con Costa Rica.
Este pacto permitirá un intercambio de alertas migratorias e información de seguridad entre Panamá y Costa Rica para conocer detalles sobre migrantes que puedan constituir una amenaza a la seguridad de ambos países, señaló el comunicado oficial.
De esa forma, las autoridades podrían limitar el desplazamiento de las personas consideradas peligrosas “a fin de prevenir la delincuencia y la actividad criminal, ya sea nacional, regional o trasnacional”, agregó la información.
“Estamos coordinando muy estrechamente agendas, que se vienen trabajando hace varios meses, y concordé con el presidente Varela en que era un buen momento para darle impulso a esos procesos”, dijo Solís a su salida de Costa Rica, antes de llegar a Panamá.
“Vamos a hacer un análisis de las tendencias de flujos migratorios y estimular a los cuerpos de seguridad para que continúen trabajando muy estrechamente en el combate al crimen organizado”, indicó el presidente costarricense.
Según el presidente panameño, cada año más de 30.000 migrantes procedentes de países sudamericanos cruzan Panamá con la intención de llegar a Estados Unidos, pero muchos quedan varados en este país o en Costa Rica debido a que Nicaragua les cerró el paso por su territorio.
Foto: Presidencia de Panamá