La militarización de la seguridad pública y otras medidas, parte de la estrategia contra el crimen en Honduras, han favorecido la reducción de homicidios en los últimos meses, lo que ha ayudado al país centroamericano a abandonar el primer lugar del ranking de países más violentos del mundo.
La estrategia ha dado resultado después de que el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ordenara mano dura contra la delincuencia y el crimen, cero tolerancia a la delincuencia y colocara un soldado en cada esquina.
Según las autoridades, la tasa se redujo 20 puntos desde que Hernández asumió el poder en enero de 2014, pasando de los 75,1 homicidios por cada 100.000 habitantes al cierre de 2013 a los 56,7 actuales. Esto representa una disminución cercana al 10% con respecto al año anterior (68 homicidios por cada 100.000 habitantes). El descenso es aún más marcado en comparación con la tasa de 2011 (86,5).
Honduras también dejó de tener la ciudad más violenta del mundo, según el listado que cada año hace la organización mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal. Durante cuatro años, la norteña San Pedro Sula había ocupado el primer lugar como la urbe más violenta del planeta por promedio de homicidios por cada 100.000 habitantes, pero en 2015 fue desplazada por Caracas. Según el último ranking, con 3.946 asesinatos, la capital venezolana tiene un promedio de 119,97, mientras que en San Pedro Sula, con 885 homicidios, el promedio es de 111,03.
Inclusión de los militares
El éxito se atribuye en específico al trabajo de la Fuerza Nacional de Seguridad Institucional (Fusina), creada por Hernández nada más al poder y de la que dijo que haría lo que fuera necesario para combatir la inseguridad. La Fusina cuenta con integrantes de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, el Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia, además de agentes migratorios y de inteligencia, lo que sumaría un trabajo conjunto de alrededor de 18.000 funcionarios.
Además, el mandatario desplegó en las calles a la Policía Militar de Orden Público y delegó en los militares las tareas de inteligencia policial y las operaciones antinarcóticos.
Con el aumento de la recaudación producto de la Ley de Seguridad Poblacional, que grava las transacciones bancarias con una tasa del 0,3%, por ejemplo, se incrementaron los fondos destinados al combate a la violencia. Desde 2012 y hasta octubre de 2015, la tasa de seguridad le generó al Estado unos 400 millones de dólares, destinados en un 40% a la Secretaría de Defensa, 17% a la de Seguridad y 9% a la Dirección Nacional de Investigación e Inteligencia.
Foto: Secretaría de Defensa Nacional de Honduras