Argentina sigue rebuscando en el almacén chino el material necesario para modernizar sus Fuerzas Armadas. Continuando con el proceso de adquisición de material militar del gigante asiático, el Gobierno argentino ha enviado una delegación de alto nivel a China para evaluar el avión de caza multipropósito Chengdu JF-17.
La referida comitiva está compuesta por el jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), brigadier general Mario Callejo; el jefe de Doctrina, brigadier José Videla; y, en representación de Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín S.A. (FADeA), su presidente Matías Savoca; además del vicepresidente, Franco Giuggioloni; y el gerente general, Mario Callejo. Junto con ellos viaja un piloto de pruebas y un ingeniero de la FAA.
En primera instancia el objetivo es adquirir un escuadrón de 12 a 14 aviones, con intención de ampliarlo en el futuro a 24. El mayor atractivo que presenta esta oferta es la posibilidad de coproducir las aeronaves accediendo previamente a la transferencia de tecnología necesaria para acometer los trabajos. La otra ventaja son las amplias posibilidades de financiación que ofrece China. Esta segunda ventaja es importante, pues Argentina prácticamente no puede acceder al mercado internacional financiero por no haber pagado créditos anteriores (los localmente denominados fondos “buitre”). De hecho, esta situación ha impedido gestiones similares entre Argentina y otros países.
Un avión desconocido
Actualmente existe un único país en el mundo con esta aeronave en operación, Pakistán, que además participó en el desarrollo del caza, pues fue diseñado originalmente para equipar a su Fuerza Aérea. No obstante, además de Argentina, Nigeria está negociando la posible compra de, al menos, un escuadrón de JF-17.
Es importante destacar que las experiencias entre el proveedor de estos aviones, CATIC, y FADeA no han sido del todo buenas. Es de recordar que recientemente se anunció la coproducción del helicóptero Z-11, que es una copia del Airbus Helicopters Ecureuil. Al principio todo fue bien, el primer kit de ensamblaje llegó de China y los argentinos montaron el primero de la que se pensaba iba a ser una larga lista de helicópteros, pero el proyecto tuvo que ser cancelado. El problema fue que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) no le otorgó la certificación necesaria, eliminando así todas las posibilidades de comercialización.
Con el JF-17 se suma una nueva opción a la heterogénea flota aérea argentina, que incluye cazas SAAB Gripen, Dassault Mirage F-1 excedentes de la Fuerza Aérea Española y Sukhoi Su-24, entre otros aparatos cuyos procesos de compra, por distintas razones, no han fructificado.
Foto: Pakistán Air Force