MTorres propondrá a Navantia submarinos-caza de fibra de carbono

La compañía navarra MTorres, fabricante de maquinaria empleada en la construcción de, entre otros, los aviones de combate F-35, quiere llevar sus conocimientos aeronáuticos a la fabricación de una nueva generación de submarinos, “mucho más baratos y capaces”. El fundador de la compañía, Manuel Torres, ha revelado que el próximo 14 de noviembre presentará su desarrollo “al responsable de I+D de Navantia” y después al Ministerio de Defensa. Por sus planes también pasa llevar la iniciativa a Washington, en caso de que en España no consiga la respuesta esperada.

Torres escogió la clausura este viernes en la Escuela de Infantería de Marina de Cartagena de la tercera edición de las Jornadas Nacionales de Comunicación y Defensa, patrocinadas por Infodefensa.com y dirigidas por el periodista de este medio Ginés Soriano Forte, para revelar que ya tiene listo el diseño del prototipo del primer submarino de fibra de carbono. Se trata de la misma tecnología que la empresa ya utiliza en el sector aeronáutico, donde es “una de las tres únicas suministradoras en el mundo” (solo existe otra en Estados Unidos y una más en Francia) de maquinaria de fabricación de piezas de este material para aviones.

El uso de fibra de carbono en submarinos permite reducir cinco veces el peso del acero que ahora se emplea y aumentar al doble la carga a tracción, lo que permite, entre otros, cargar con más baterías para ganar autonomía. Además, según explicó Torres, no presenta problemas de fatiga ni de corrosión.

En su intervención, durante la clausura de las citadas jornadas organizadas por el Colegio de Periodistas de la Región de Murcia junto al Ministerio de Defensa, el empresario explicó que el proyecto supone “la aplicación de una tecnología madura de un sector en otro”, lo que, a su juicio, “garantiza el éxito”. La empresa denomina a esta acción “tecnologías ping-pong”.

MTorres propone la fabricación con esta tecnología de cientos de “submarinos-caza”, unas naves pequeñas y ligeras capaces de sumergirse a profundidades de miles de metros y de gran capacidad de maniobra, ante los que “los submarinos nucleares serían vulnerables”, asegura su presidente.

Además de aplicaciones para el casco, la empresa ha anunciado que también está desarrollando baterías en base ión-litio de electrolito sólido y de alta concentración energética (400Wh/kg). “Un submarino de estas características [de 466 metros cúbicos de volumen desplazado] podría disponer de 60-70 MWh adicionales gracias a la reducción de peso generada por el empleo de fibra de carbono”.

Tras su presentación, Manuel Torres explicó a Infodefensa.com que los submarinos que propone son además más baratos que los convencionales. Su intención es aprovechar, a mediados de noviembre, la próxima junta de la Fundación Isaac Peral, por el nombre del inventor del primer submarino torpedero, y de la que Manuel Torres es presidente, para presentar su proyecto a los responsables de I+D de Navantia. Posteriormente tiene intención de llevarlo al Ministerio de Defensa.

Torres calcula un plazo de dos meses para que Navantia estudie si participa en el proyecto, en caso contrario piensa dirigirse al mercado estadounidense, donde anteriormente ya han tenido éxito otras propuestas de esta empresa que factura en torno a los 200 millones de euros al año.

“Parece que si no lo hace EEUU no existe”

El empresario, de origen murciano, recordó que la Armada española no desarrolló el prototipo de Isaac Peral, que a finales del siglo XIX se convirtió en el primer sumergible eléctrico torpedero del mundo. “Los españoles tenemos una mala genética en este sentido, solo sabemos restar, no sabemos sumar ni multiplicar”. En ocasiones, añadió, se piensa que si no lo han hecho los estadounidenses no existe, “pero resulta que a veces lo hacemos nosotros y se lo acabamos vendiendo a los estadounidenses”.

De lo que MTorres se encargará, si el proyecto sale adelante, es de suministrar principalmente la maquinaria necesaria para construir los cascos de los submarinos, al igual que ya hace para la fabricación de desarrollos aeronáuticos en todo el mundo, como los modelos de aviones militares europeos A400M y Eurofighter, el brasileño KC390 y los estadounidenses F-18 y F-35.