El Ejército del Aire español tiene por delante el reto de definir su futura flota de cazas de combate. El tiempo apremia y el próximo año tendrá que tomar una decisión, como muy tarde. El Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire (JEMA), general del aire Javier Salto Martínez-Avial, abordó en un reciente encuentro con periodistas las diferentes opciones que existen en el mercado para reemplazar los F-18 actualmente en servicio en Canarias, Torrejón y Zaragoza.
El general señaló que, tanto los estadounidenses F-35 y Super Hornet, como una nueva tranche del europeo Eurofighter, cumplen con los requisitos marcados por la Fuerza Aérea; sin embargo, las diferentes variables (políticas, económicas, operativas…) colocan al caza europeo en una posición preferente.
España contrató en un principio 87 Eurofighter -más 16 opcionales-, pero la crisis económica redujo el pedido final a 73 unidades, de las que solo faltan por recibir seis a día de hoy. Este es el punto de partida. A partir de aquí, el Ejército del Aire plantea entre las posibles vías recuperar el pedido inicial. Es decir, comprar 30 nuevos Eurofighter hasta llegar a los 103, a lo que habría que añadir un lote por definir de unos 10 o 20 cazas. Por lo tanto, de acuerdo con estas cuentas, el paquete podría alcanzar los 50 aviones de combate.
Si el Gobierno español apuesta finalmente por esta opción, el plan es realizar un pedido con Alemania como socio. Las fuerzas aéreas de ambos países deben reemplazar sus Tornado y F-18 en el horizonte de 2025-2030 y, en la actualidad, estudian los posibles sustitutos en el mercado. Por lo tanto, su situación es muy parecida.
El Ejecutivo alemán, por su parte, ya ha efectuado una Request For Information (RFI) a la Agencia Netma que gestiona el programa Eurofighter, ante un posible cierre de la línea de producción del caza dentro de dos años. Los cálculos de Alemania pasan por adquirir otros 90 cazas más o menos.
El JEMA recordó que desde la fusión de la industria aeroespacial española y alemana con la creación de Airbus ambos países acuden normalmente "de la mano" a este mercado y, en este caso, puntualizó el general, sería "normal" continuar por este camino. Una nueva tranche del Eurofighter, añadió, contribuiría también al desarrollo de la industria nacional. Salto apuntó que los primeros estudios están sobre la mesa y destacó que la clave será un "acuerdo político-industrial" entre los dos países.
En todo caso, el general no cerró la puerta al F-35 de Lockheed Martin y al Super Hornet de Boeing. Sobre el primero señaló que es un caza "estupendo que cubre los requisitos al cien por cien", si bien reconoció que habría que estudiar la cuestión del sostenimiento.
Durante la jornada, el JEMA también analizó los primeros movimientos en Europa para el diseño del futuro avión de combate europeo de quinta generación, el conocido como Future Combat Air System (FCAS), en el que Alemania y Francia ya tienen un principio de acuerdo para impulsar el proyecto. "España también quiere estar ahí, aunque de momento no está", explicó.
En este programa, el escenario de la Fuerza Aérea española es similar al que existe con el nuevo avión de entrenamiento, sucesor del C-101, que propone la multinacional europea Airbus. "El FCAS no dará resultados hasta 2040, por lo que habría que cubrir el hueco con otro modelo", subrayó el general.