El teniente general Jose María Salom Piqueres está al frente desde diciembre del principal organismo de investigación de Defensa de España, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). En sus instalaciones repartidas por toda España, desde Lugo hasta Huelva, pasando por Madrid, el centro trabaja en diversos ámbitos como el terrestre, naval, aeronáutico y espacial.
Los sistemas remotamente tripulados (RPAS) es una de las áreas en las que centra hoy en día sus esfuerzos. En este sentido, señala que el sistema estratégico Milano está ya listo para sus primeras pruebas este año y, de forma paralela, se trabaja en la consolidación del proyecto Centro de Ensayos para Sistemas No Tripulados (CEUS) en el Arenosillo en Huelva.
¿En qué líneas trabajan hoy en día en el desarrollo de drones?
El INTA lleva más de 30 años trabajando en el desarrollo de aviones no tripulados, siendo pionero en su momento, y mantiene líneas de investigación que le permiten dar respuesta a la demanda del sector usuario, civil y militar. Nuestros desarrollos buscan integrar estas necesidades en proyectos de alto contenido tecnológico.
¿En qué programas de RPAS están involucrado el INTA?
Actualmente estamos desarrollando el sistema estratégico Milano, que está ya listo para realizar sus primeros vuelos en el 2018, y cuenta con la capacidad para realizar tareas de vigilancia extensa de áreas de interés, con localización temprana de situaciones de alerta en ambientes terrenos y marinos, con cobertura en tiempo real, muy útil en misiones de vigilancia, apoyo a misiones humanitarias, seguridad y supervisión de fronteras, tráfico de drogas, localización de personas o vertidos, etc. Estamos seguros, por el carácter dual de esta tecnología, que será utilizado tanto en misiones de entrenamiento militar como en múltiples aplicaciones civiles.
El CEUS en el Arenosillo es otro de los proyecto, ¿cómo marcha?
El proyecto CEUS consiste en el desarrollo de un centro para ensayos, entrenamiento y montaje de aviones no tripulados en el que llevamos trabajando varios años. En la actualidad afronta una nueva etapa para su consolidación. El convenio de colaboración con todas las instituciones involucradas se encuentra en proceso de suscripción. Esperamos que sea una realidad en breve, muy positiva para el sector.
¿Qué ofrecerá este centro?
CEUS permitirá reforzar el papel del INTA como centro de experimentación de UAV, que ya cuenta con otra gran instalación en el norte de España, el Centro de Investigación Aeroportada de Rozas (CIAR), en Lugo. Un centro de ensayos pionero en Europa, y en el que actualmente también se localizan las Plataformas Aéreas de Investigación (PAI) del INTA, una gran infraestructura científica y singular (ICTS) que ofrece a la comunidad científica las infraestructuras y los equipamientos en tierra necesarios para el desarrollo de aeronaves no tripuladas y la evaluación de las campañas a realizar con las mismas.
¿Cuántos ensayos y pruebas pueden realizar el INTA en un año?
El instituto cuenta con una gran diversidad de laboratorios e instalaciones y mantiene una intensa actividad durante todo el año que le permiten abarcar un amplio espectro de áreas de trabajo. Sería muy difícil por mi parte, y en este momento, cuantificar el número de ensayos y pruebas que se realizan. Nuestro campo de actuación abarca desde la I+D básica, hasta la transferencia de tecnología al sector privado, pasando por la certificación de sistemas, tecnologías y vehículos en los ámbitos terrestre, naval, aeronáutico y espacial. La previsión actual del presupuesto del INTA para 2018 se espera supere los 180 millones de euros y cuenta con un poco más de 1.500 empleados. Participamos en múltiples proyectos competitivos de I+D internacionales, y además prestamos servicios de carácter tecnológico a clientes externos, públicos y privados, que nos permiten una autofinanciación de casi el 50% del presupuesto, lo que quizá pueda dar una idea más precisa de la envergadura de la institución y de la dificultad de dar una respuesta más concreta.