Navantia calcula que las fragatas F-110 generarán 7.000 empleos

Si todo marcha según el calendario previsto, a mediados de este año tendrá lugar la orden de ejecución de las fragatas F-110 de la Armada española. El astillero estatal Navantia centrará sus esfuerzos a partir de entonces en un proyecto innovador, en el que tiene previsto ocupar a 7.000 trabajadores entre directos e indirectos durante los próximos diez años.

La compañía calcula que el programa generará 1.300 empleos propios, 2.100 en la industria auxiliar y 3.600 indirectos en sectores relacionados con la cadena de suministro. La repercusión en la economía también será notable. "El proyecto incrementará el PIB de la economía española en más de 590 millones de euros anuales y tendría un efecto sobre la demanda agregada de cerca de 1.500 millones de euros anuales", destaca la empresa.

El presidente de Navantia, Esteban García Vilasánchez, desgranó este lunes en Ferrol durante un encuentro con un centenar de trabajadores los detalles de este proyecto decisivo para el futuro de la compañía controlada por la SEPI. "Estamos seguros que con las F110 vamos a repetir el círculo virtuoso de aprovechar la inversión pública en hacer el mejor barco para la Armada, generar crecimiento económico, exportar el barco en el mercado internacional y obtener los retornos de este éxito", dijo.

La F-110 representa un salto tecnológico

Navantia subraya que "la futura Fragata F-110 será un salto tecnológico fundamental en los sistemas de plataforma y sistema de combate, además de incorporar en su diseño tecnologías de la Industria 4.0 que mejorarán la gestión de los sistemas durante todo su ciclo de vida".

El futuro buque contará con las capacidades reforzadas de guerra antisubmarino (Asw) y guerra asimétrica (Asym) de la clase F-100 y dispondrá una mayor capacidad para el intercambio de información. A esto hay que añadir una nueva generación del sistema de mando y control Scomba que incorporará "enlaces de datos tácticos que permitirán crear una red de sensores y armas que potenciará la capacidad del conjunto de buques, aeronaves, vehículos no tripulados e instalaciones de mando en tierra que formarán la fuerza operativa".

Un buque con espacio multimisión

El espacio multimisión será una de las principales novedades, como explicó en enero la Armada. "Un espacio multimisión, modular y reconfigurable, con capacidad de despliegue de forma efectiva de lanchas rápidas, vehículos no tripulados, equipamiento para Grupos de Operaciones Especiales y estiba de contenedores normalizados", detalla al respecto la empresa. Además, este espacio permitirá contar con un hangar adicional para un segundo helicóptero embarcado.

En el ámbito de la guerra electrónica, la compañía destaca que será "muy difícilmente detectables en todo el espectro físico y electromagnético y dispondrán de gran capacidad de supervivencia y redundancia de sus compartimientos, equipos y sistemas ante las situaciones que se puedan producir en combate".

Automatización y nuevas tecnologías

Asimismo, se producirá un incremento de la automatización de los equipos y sistemas, junto con una disminución del coste del ciclo de vida. Esto permitirá reducir el número de tripulantes. La compañía asegura que "la futura fragata F-110 también se diferenciará por la incorporación de tecnologías de la Industria 4.0; serán los primeros buques de la Armada que tendrán un gemelo digital que optimizará la gestión de los procesos logísticos durante toda la fase de servicio de los buques".

La empresa recuerda además que la evolución tecnológica ha permitido diseñar una plataforma propia sobre la base de la F-100, exportada con éxito a países como Noruega. Cabe destacar que en el panorama internacional, Navantia es la única empresa naval del mundo que compite en los tres mayores programas internacionales de fragatas: el SEA5000 para la Marina Australiana, la FFGX para la US Navy y el Canadian Surface Combatant para la Marina canadiense.