La compañía Navantia presentó este martes a las federaciones sindicales las primeras líneas maestras de su plan estratégico. El astillero estatal, controlado por la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), apuesta por mantener la carga de trabajo de todos los centros productivos y estima una cartera de pedidos en los próximos años cercana a los 11.000 millones de euros.
Durante la segunda reunión entre la empresa y los sindicatos, celebrada el pasado martes en Madrid, las partes abordaron cuestiones relacionadas con el futuro comercial y la eficiencia operativa. En líneas generales, Navantia planea crecer en torno a tres ejes: construcción militar, nuevos modelos de negocio y optimización de la producción.
La empresa confía en que el nuevo ciclo inversor del Ministerio de Defensa español y el impulso de la presencia internacional, en países como Arabia Saudí y Australia, aseguren el nivel de ocupación en todos los centros de trabajo.
El primer paso marcado por la compañía es atender a las necesidades nacionales de la Armada española mediante la consolidación del programa S-80, la puesta en marcha de las F-110, una nueva serie de buques BAM, y otras actividades como grandes carenas a submarinos y un buque de transporte de material. Para aumentar los pedidos, además apuesta por modelos de negocio que incluyan servicios, aportando un mayor valor añadido.
En el plano internacional, espera lograr los contratos para la construcción de cinco corbetas en Arabia Saudi y la fabricación de nueve fragatas en Australia. "Esta actividad militar de exportación presenta sinergias de I+D con la actividad militar nacional y ayuda a mantener las capacidades militares nacionales modernizadas", afirma en un comunicado la compañía.
El plan del astillero pasa también por incrementar la venta de servicios y fomentar nuevos modelos de negocio con ingresos estables: reparaciones, apoyo al ciclo de vida y transferencia de tecnología. El negocio militar se complementará, según Navantia, con la actividad en el sector eólico, donde ya fabrica jackets para empresas como Iberdrola, y en la construcción de buques civiles.
El otro punto importante será la reducción de costes y la optimización de los procesos, con el fin de mejorar la eficiencia. Para ello, la compañía implantará un sistema de gestión operativa conocido como Timon basado, "en planificación y programación integrada, consolidación del diseño orientado a producción, gestión integral y ágil de la cadena de suministro, optimización de los procesos productivos, mejora continua y trabajo en equipo".
De forma paralela, se potenciará la transformación de los astilleros "a partir de la digitalización como herramienta fundamental de sus procesos, productos y modelo de negocio, modernizando las instalaciones para los nuevos programas".
El Plan Estratégico se estructura en tres pilares fundamentales: plan Comercial (ingresos), plan de Eficiencia Operativa y plan de Rejuvenecimiento de Plantilla. Este último incorpora un programa de formación y un nuevo marco laboral que permita el desarrollo de un convenio único flexible y competitivo.