En 1990, hace ahora 28 años, nuestras Fuerzas Armadas operaban los analógicos aviones de combate F-4 y F-1 y estaban comenzando a recibir los F-18; nuestra Armada basaba su fuerza en los submarinos Delfín y Galerna y en las fragatas Baleares y corbetas Descubierta y nuestro Ejército de Tierra disponía de los carros AMX30 y los M-48, y en general una amplia panoplia de material producto de ayuda americana fabricados en la década de los sesenta y setenta. Ahora nuestras fuerzas armadas operan F-18 y Eurofighter, incorporan aviones A400M; fragatas F-100 y pronto submarinos S-80; y nuestro Ejército dispone de carros Leopardo de última generación y blindados Pizarro y Centauro. Además, en 1990 España no estaba inmersa en ninguna operación militar, y en la actualidad disponemos de unidades desplegadas en multitud de escenarios.
En 1990, el presupuesto del Ministerio de Defensa para mantener todas estas flotas era de 670 millones de euros, (1.206 millones de Euros de 2018); en comparación, en este ejercicio recién comenzado; el presupuesto de mantenimiento es de 239 millones de Euros; es decir la quinta parte de los recursos dedicados a mantener aviones infinitamente más baratos de operar que nuestros costosos sistemas de última generación. ¿Ante esta realidad realmente tenemos un modelo sostenible y creíble de mantenimiento?
A lo largo de tres papeles voy a tratar de en primer lugar desentrañar la realidad de nuestro sistema.Este primero nos introduce en las deficiencias presupuestarias y de los modelos de gestión. En segundo lugar, se realizará una estimación de los costes de mantenimiento reales conforme a los niveles de operatividad medios de nuestros aliados y con sus diferentes modelos de gestión; en el tercer papel presentaré como los modelos de cadena de bloques nos ofrecen instrumentos de enorme valor añadido para el sostenimiento y gestión de flotas.
¿Qué es el sostenimiento?
El sostenimiento es la parte del ciclo de vida de un sistema que asegura la continuidad de su operación en el tiempo.
Esteestudio prácticoes aplicable a los buques de combate litoral de la US Navy y corbetas para la flota inicial de 12 buques y ha sido desarrollado por una prestigiosa consultara norteamericana; dentro del ciclo de vida, se incluyen los siguientes conceptos para una vida útil estimada de 45 años y 2.000 horas de navegación al año.
Coste anual de adquisición por buque
11,744,828 USD
Coste tripulación por buque
23.015.692 USD
Coste de entrenamiento por buque
1.878.832 USD
Coste de combustible por año
5.115.904 USD
Coste anual de consumibles, repuestos e inventarios
2.348.540 USD
Coste anual de Mantenimiento y reparaciones.
21.368.332 USD
Modernización
3.251,405 USD
Bajo el concepto de sostenimiento incluimos los tres últimos conceptos. Obsérvese que la suma de estos tres conceptos, son casi 26 millones de dólares anuales de media, es decir más del doble del coste anual de adquisición.
La primera conclusión es que un sistema de armas operando en condiciones normales tiene un coste de mantenimiento que duplica al menos el coste de adquisición. En el caso de que se redujeran de forma notable sus horas de navegación por ejemplo a la mitad, el coste sobre el sostenimiento casi se reduciría en 70%, aunque si nos fijáramos, veríamos que el coste de la tripulación también duplica el de adquisición y se trata de una variable fija, navegue el buque una hora o 1.000 horas, por lo que el coste del ciclo de vida no se reduce de una forma tan sustancial como en el caso del sostenimiento.
Siguiendo con el ejemplo del estudio para los buques de la US Navy, resulta de interés conocer asimismo la composición de dichas actividades, y encontraremos que el principal elemento de coste es el mantenimiento de la propulsión que supone un tercio del coste total de mantenimiento; a continuación, los sistemas de software y electrónicos que suponen un 15% cada uno del coste total, mientras que la parte eléctrica supone un 10%. Por debajo de este porcentaje se halla el mantenimiento del armamento y el del casco. Para los ejemplos de los programas de destructores estos porcentajes varían notablemente dado que el mantenimiento del armamento se incrementa hasta un 20% del coste total, en detrimento del porcentaje que supone mantenimiento de parte eléctrica, propulsión y casco.
Los modelos de mantenimiento aplicables a los buques españoles presentan una única modificación resaltable; los costes de personal medios son un 40% inferiores a los de los buques de Estados Unidos. El resto de los conceptos viene a ser similar a los buques de la US Navy.
El sostenimiento de los aviones y la estimación de su coste depende de muchos factores, por ejemplo, los aviones de combate tienen muchas más salidas y tomas que uno de transporte que sin embargo tiene una duración media por vuelo más alta. No es lo mismo aviones de dos motores tipo F-18 o F-35 con un coste medio que supera los 22.000 euros que los de un solo motor como Eurofighter o F-16 que cuestan entre los 6.000 euros del F-16 o del Gripen hasta el potente motor del EF-2000 de 18.000 euros; también depende de la localización de bases etc.
Por otra parte, cada fuerza aérea debería aplicar diferentes modelos de estimación de coste. Por ejemplo, para flotas en las que todos los aviones vuelan por encima de 200 horas al año, parece pertinente aplicar el coste por hora de vuelo; para fuerzas con menos de 100 horas de vuelo de media para la flota, parece más apropiado aplicar el coste de mantenimiento por escuadrón o flota. La razón es obvia; dados los altos costes fijos, reducir el número de vuelos a la mitad dispara el coste por hora de vuelo en un 25%. Así para la flota Eurofighter y según estimaciones de IHS Janes para aviones con una media de 400 horas de vuelo al año el coste hora se estima en 18.000 euros, pero si vuelan 100 horas año; el coste se elevaría a 23.500 euros. Esto implicaría que para una flota operativa de unos 60 Typhoon en el ejército del aire y una media de 100 horas de vuelo año, tendríamos un coste de 144 millones de euros anuales. Recordemos que el presupuesto total de todas las Fuerzas Armadas es de 238 millones y que el coste de sostenimiento y repuestos supone un 40% del coste total de la hora de vuelo, lo que supondría un presupuesto necesario para alcanzar esta pobre ratio, de unos 60 millones de euros anuales.
Finalmente existe un tercer elemento al determinar los costes de sostenimiento de una fuerza que son los sistemas de software, electrónicos como radares, sistemas de guiado, sistemas de mando y control etc. que con cada nueva generación implican un mayor componente del coste toal. Para darnos una idea, el mantenimiento de los sistemas de información y electrónicos de una fragata supone unos siete millones de euros al año. Podría decirse que, por el perfil de su sostenimiento, el mayor coste horario, y sobre todo la dispersión de equipos, el sostenimiento de estos sistemas suele absorber más del 20% de todos los créditos de sostenimiento de las fuerzas de los países aliados.
Finalmente, en cuanto a los carros de combate de última generación que incorporan sensores, optrónica, estaciones remotas, sistemas de protección activa etc., las estimaciones es que su sostenimiento duplica a los carros de la generación anterior. Es decir, un Leopardo 2E, o un Leclerc su mantenimiento cuesta el doble que un 2A 4 o un Challenger 1. El problema añadido que presentan estos nuevos carros es que su sostenimiento cada vez tiene más costes fijos independientes de su uso, ya que los sistemas electrónicos y optrónicos, tienen una cadencia de sostenimiento independiente de su uso en mayor medida.
Los gobiernos, ya sea por presiones industriales o por razones de imagen o de fortaleza teórica tienen menos restricciones para comprar sistemas que para sostenerlos. Sin embargo, si al equipo adquirido se le da el uso normal para el que está previsto, el coste de su sostenimiento duplica el coste anual de su depreciación para un buque o un avión de combate. Esto significa que el coste de sostener un EF-2000 es estima en unos 7,2 millones de euros al año para una vida útil de 30 años y de un A400M una cantidad similar. Para un buque tipo F-100 con una vida útil de 45 años y un coste anual de adquisición de 13,3 millones año; el coste de su sostenimiento ascendería a 22,2 millones de euros anuales.
La reciente decisión del gobierno británico de canibalizar 13 modernos EF-2000 con una inversión superior a los mil millones de libras para poder mantener el resto de la flota es una muestra de que, hasta el país con el mayor presupuesto de defensa de Europa, tiene dificultades para sostener sus modelos más recientes.
Realizar ingentes inversiones en sistemas militares para luego infradotarlos, tenerlos inoperativos o sin el adecuado nivel de mantenimiento, constituye un desperdicio enorme de recursos públicos. La experiencia nos demuestra en los últimos cien años que en caso de conflicto siempre ha resultado más sencillo construir o adquirir nuevos sistemas que poner en condiciones operativas a los sistemas infra-sostenidos.
Algunos ejemplos del insostenible modelo
Lo primero que tenemos que determinar escuál es la estructura real del presupuesto de defensa. Para ello comparo el año 2006 cuyo PIB en términos reales equivale al de 2017. En ambos ejercicios los recursos extraordinarios como los procedentes de la venta de infraestructura ya no eran significativos y los costes de misiones en el exterior eran similares a los actuales, por lo que la comparación es bastante homogénea.
CONCEPTO
2006
%
2017
%
Personal
4.212
48
4.531
74
Gastos corrientes
998
11,4
730
12
Transferencias corrientes
270
159
INVERSIONES
2.904
33,1
668
11
Modernización
1.300
127
Aportación ministerio industria
1.358
302
Apoyo Logístico
546
6,22
239
4
Transferencias de capital
87,6
25,4
TOTAL
8.771,6
100
6.113,4
100
Cifras en millones de euros corrientes
Para poder evaluar el impacto industrial real de los créditos deben tomarse los fondos aportados desde el ministerio de industria a las empresas españolas contratistas de estos programas que se relaciona directamente con el proceso de construcción y entregas. La amortización de los créditos es irrelevante dadas las numerosas modificaciones que se han ido produciendo para retrasar los pagos. La primera nota que quisiera destacar es que las inversiones en 2017 son un tercio en porcentaje sobre el total del presupuesto de las que eran en 2006 y casi cinco veces inferior a los créditos de 2006. El sostenimiento se ha reducido a la mitad mientras que las adquisiciones e I+D ha pasado de 2.600 millones a 429 millones.
Si comparamos los créditos para el sostenimiento entre las principales plataformas y sistemas, podemos observar asimismo la descapitalización entre 2006 y 2017 en millones de euros.
Helicópteros de Ejército.
26,89
18.96
Material de artillería
13,4
6,72
Vehículo acorazado
53,95
31,58
Vehículos de transporte
13.89
6,72
Material de apoyo logístico
14,76
12.3
Sistemas CIS
4,36
7,4
Mantenimiento de buques y submarinos
86,16
34,77
Mantenimiento de aeronaves de la Armada
15,67
7,61
Mantenimiento de aeronaves del Ejército del Aire
118,78
41,96
Si bien basta observar la reducción del crédito para sostenimiento de estas plataformas para percatarse de la depreciación del mantenimiento en los últimos diez años, la situación resulta muchos peor ya que en estos diez años se han incorporado costosas plataformas como EF-2000; F-100; buques BAM y BPE; helicópteros Tigre y EC-135 y carros de combate Leopardo; es decir casi el 50% de nuestras capacidades militares financiadas con los casi 30.000 millones de euros de inversiones anticipadas por el ministerio de industria. Cualquiera de estas plataformas tiene un coste que al menos duplica a la plataforma que sustituirá. Y este dato considerando que, dada la antigüedad de los sistemas reemplazados, sufrían costosas operaciones de mantenimiento.
Si antes señalaba que mantener una flota de 60 EF-2000 con 100 horas de vuelo supone un coste de 144 millones de Euros, cifra que triplica todos los créditos de mantenimiento de todas las aeronaves del Ejército del Aire, nos percataremos de la deficiencia. Si nos fijamos en una fragata F-100 cuyo coste de mantenimiento se acerca a unos 20 millones años y para cinco unidades nos resulta un coste que triplica todos los costes de sostenimiento para todos los buques de la Armada.
En definitiva, los niveles de operatividad que ofrecen estos créditos insuficientes de sostenimiento nos están conduciendo a tener una gran parte de las flotas inoperativas; a canibalizar plataformas para poder sostener otras, y sobre todo a realizar escasos mantenimientos preventivos en vehículos reduciendo al máximo sus niveles de operatividad. Pero si bien es posible, reduciendo el número de unidades en operación,disminuir los costes totales de sostenimiento, el coste de operación de cada unidad por hora es muy superior a la media de nuestros aliados. Es decir, si bien ahorramos reduciendo costes totales, las unidades operativas tienen un coste muy superior a la media de nuestros aliados.