2016 será un año decisivo para las unidades de Operaciones Especiales en todos los países: más misiones, más efectivos, más vehículos y nuevas estructuras. En definitiva, más presupuesto. El principio de la batalla final contra el Daesh se librará sobre el terreno y ahí, en el combate urbano (con tropas locales o de la coalición con los estadounidenses a la cabeza), jugarán un papel fundamental estos militares de élite.
En España comenzamos a ponernos las pilas hoy mismo con la creación de un cuarto Grupo de Operaciones Especiales (GOE) que “permitirá mantener esfuerzos, como el actualmente desarrollado en Irak de una manera indefinida”, nos cuenta una fuente del propio Mando de Operaciones Especiales, el más conocido como MOE, con base en Alicante.
Así, y tras las últimas adaptaciones orgánicas del Ejército de Tierra, se constituirá hoy en el acuartelamiento Alférez Rojas Navarrete el GOE "Granada" II, cuyo numeral se toma en recuerdo del GOE "Santa Fe" II, de guarnición en Granada desde 1985, en que se creó, hasta 1998 en que fue disuelto.
El MOE mantiene ahora como misión principal el entrenamiento del ejército y de unidades de fuerzas especiales del Ejército iraquí en el aeropuerto de Bagdad y la ciudad de Taji. Son instrucciones llevadas a cabo por 65 efectivos (del total de 300 del contingente español) en operaciones contra terrorismo, emergencias y tiro de precisión, principalmente, así como los denominados ‘train of trainers’ o entrenamiento de los futuros adiestradores iraquíes.
De Ramadi... ¿a Mosul?
“Además incrementaremos las capacidades operativas de las unidades tipo comando”, reveló el Estado Mayor de la Defensa esta misma semana en un parte de situación sobre la operación de adiestramiento en Irak. Militares iraquíes entrenados por el MOE, y otros capacitadores estadounidenses, participaron el pasado mes en la final recuperación de la ciudad de Ramadi, y se espera que en próximos meses pueda caer asimismo Mosul, segunda ciudad en importancia en Irak y bajo control del Daesh desde junio de 2014.
El MOE -que cuenta también con efectivos en Malí, Senegal y Líbano- también deberá este año mejorar su coordinación y adaptación con otras unidades específicas del Ejército de Tierra. Así, “actualmente la Fuerza Terrestre está organizando un paquete de fuerzas de apoyo a operaciones especiales. Esta nueva capacidad es fruto de la necesidad de reforzar las capacidades del MOE con otras existentes en el Ejército de Tierra, de manera que, bien en cantidad y/o bien en capacidades no disponibles en el MOE, se pueda reforzar y aumentar las organizaciones operativas de operaciones especiales que se desplieguen en el exterior”.
Estas unidades seguirán un programa de adiestramiento específico que les permita operar en las condiciones óptimas con las unidades del MOE, cuyos efectivos se cifran aproximadamente en 600. ¿Entre el abanico de unidades de apoyo? compañías de infantería, unidades NBQ, unidades de desactivación de explosivos, de guerra electrónica, de perros, de asuntos civiles, de RPAS o unidades de alta especialización como la compañía de esquiadores-escaladores, la compañía de operaciones anfibias o el CRAV, y por supuesto una unidad de helicópteros capacitados para trabajar con unidades de operaciones especiales.
Últimos atentados yihadistas
Los atentados de los dos últimos meses en París, en el hotel Radisson Blu de Bamako (Malí) o en la propia embajada española en Irak han puesto en guardia, aún más, a los gobiernos para potenciar esta faceta de las Fuerzas Armadas y también de sus Cuerpos de Seguridad. Asistiremos a una confluencia entre los intereses de los grupos de operaciones especiales militares y de Interior («homeland»). Ya lo vimos en Malí con el envío por parte francesa, aunque llegaron ya tarde, del Groupe d'Intervention de la Gendarmerie Nationale (GIGN).
La situación en Libia, con sus consecuencias en toda la zona del Sahel, también va camino este inicio de 2016 de descontrolarse ya del todo tras los últimos avances del Daesh, donde este grupo yihadista contaría con unos 2.000-3.000 efectivos, según Naciones Unidas, con la ciudad de Sirte como ciudad-fuerte.
Además del MOE las Fuerzas Armadas cuentan con la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada y el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) del Ejército del Aire como unidades de operaciones especiales.
Minidrones, comunicaciones, visión nocturna y obtención de inteligencia son los cuatro pilares sobre los que versan las necesidades de estas tres unidades que siempre requieren los últimos avances tecnológicos, nos apuntan también.
Este último mes hemos asistido también a varios anuncios internacionales para potenciar la acción o materiales de las unidades de operaciones especiales: el encargo de 443 vehículos para las fuerzas especiales de Francia, 15 nuevos helicópteros para el Kommando Spezialkräfte (KSK) alemán o, sobre todo, el despliegue de una unidad estadounidense de un centenar de efectivos, denominada “Expeditionary Targeting Force» (ETF), con el objetivo de involucrarse más en la acción contra el Daesh en Irak y Siria.
Ya sea en misiones de entrenamiento, o redoblando los esfuerzos en las mismas (Irak y Malí), o en nuevas en el Sahel, el próximo ministro de Defensa y el nuevo Jemad tendrán entre sus desafíos ahondar y mejorar las capacidades de nuestras unidades de élite en la lucha contra el yihadismo. Y eso, sus señorías, es presupuesto.