El nuevo responsable del programa A400M de Airbus, Fernando Alonso, admitió sin reservas que existen importantes fallos “industriales y técnicos” en este avión de transporte militar europeo y, por ello, entendió que sus clientes tengan razón en sus quejas, en directa relación con las protestas realizadas por Alemania.
En un encuentro con la prensa el viernes 6 de marzo, Alonso, que ha sustituido en el cargo a Domingo Ureña, admitió los problemas con el avión, pero defendió el trabajo que se está realizando en España y achacó la situación a que cada parte del avión llega procedente de diferentes lugares de Europa.
“Son piezas que se reciben sin terminar en la planta andaluza (Sevilla), lo cual es lo peor que se puede hacer”, agregó Alonso. Alemania se ha quejado de que el primer A400M que recibió con retraso del consorcio europeo tenía hasta 800 errores o defectos de todo tipo que hacían imposible recepcionar el aparato.
Por todo ello, el responsable de Military Aircraft reconoció que el desarrollo del A400M está abocado inevitablemente a nuevos retrasos y sobrecostes.
En primer lugar, según fuentes de la compañía, las mejoras de las capacidades militares que se tienen que introducir en la aeronave están resultando "más complejas de lo previsto". En segundo lugar, y como consecuencia directa, algunos de los países compradores quieren posponer la aceptación de sus pedidos hasta que los aparatos cuenten con las características pactadas. Y en tercer lugar, la producción está teniendo "dificultades" con el ramp up o, lo que es lo mismo, con el aumento de su cadencia a causa de "fallos en la cadena de suministro", sobre todo de proveedores de Alemania.
Entregas Airbus reconoció en una nota en la que comunicó los resultados de la compañía que el A400M experimenta una "evolución negativa en costes y riesgos", lo que está obligando a la dirección a prestar una "rigurosa atención" al programa. De hecho, en estos momentos están evaluando el impacto que los mencionados problemas tendrán en el calendario de entregas del avión y en las cuentas del grupo aeroespacial europeo. Fuentes de Airbus consultadas por varios medios españoles avanzaron que el programa sufrirá retrasos, sobre todo, a lo largo del año que viene, cuando está prevista la entrega de 20 aeronaves.
"No podemos determinar si se tratará de dos meses, cinco o siete", indicaron, "pero trataremos de paliar los problemas lo antes posible". Por un lado, la compañía se tendrá que emplear a fondo en solucionar "retos de funcionalidad de tipo militar", en áreas como el lanzamiento de cargas, la instalación de soluciones tácticas avanzadas o el repostaje en vuelo. Y, por otro, deberá negociar con los países clientes cuándo se implementarán esas mejoras en las aeronaves y su repercusión en los plazos de entrega previstos.
Alonso cifró en 14 el número de aviones A400M a entregar en este año. Hasta cuatro más podrían sumarse en función del resultado de los ensayos que finalizan en junio. Para 2016, se estima entregar 21.
Sobrecostes
Los sobrecostes derivados de los rediseños necesarios -horas de trabajo, ingeniería, nuevos materiales...- los absorberá por completo la compañía. "Un avión militar no entra en servicio con todas sus funcionalidades, sino que durante un periodo de tiempo se van implementando mejoras; en el caso del A400M no dispondrá de todas sus capacidades completas hasta 2018; es como si fuésemos subiendo peldaños, pero lo que ha ocurrido es que algunos de esos pasos están resultando más complejos de lo previsto", explican las fuentes. Y precisamente porque los requisitos que debía cumplir no están al día, algunos Estados intentan retrasar la recepción de los aviones. "En la planta de ensamblaje final (FAL) de Sevilla hay ya ocho aeronaves terminadas pero sin entregar por las pegas que están poniendo los clientes", explican.
De las diez entregas previstas de aquí a finales de año, las únicas seguras son la del primer aparato para Reino Unido -se produjo la semana pasada- y el primero para Alemania -a finales de mes-.
Otra consecuencia de los retrasos en las capacidades militares de los aviones es que el pasado 1 de noviembre se activó una cláusula contemplada en el contrato por la que los países podrían cancelar parte o la totalidad de sus pedidos, aunque Airbus indicó en su nota que lo considera "altamente improbable". Alemania y España
A preguntas de los periodistas, Alonso fue contundente sobre la quejas del Ministerio de Defensa alemán: “El Gobierno alemán no ha influido en la salida de Domingo, no hay una reacción unívoca entre el enfado de su Ejército y el relevo”.
Alonso dijo que su base estará en Madrid y que sucederá a Ureña en todas sus responsabilidades, excepto en el control del proceso industrial de producción del A400M, del que se encargará Pilar Albiac, directora de Operaciones de Airbus Defense & Space.
Alonso señaló que este nuevo reparto de tareas se basa en la experiencia de Albiac en la gestión de problemas similares en la producción del superjumbo A380, que solucionó con éxito de 2006. “Ya veremos si sigue siendo así cuando el programa del A400M se estabilice”, dijo.
Preguntado por una eventual pérdida de peso de España en el consorcio europeo aeronáutico europeo, Alonso negó esta posibilidad y reveló que su nombramiento fue informado previamente al Gobierno y subrayó que la división militar de Airbus que dirige ha aumentado competencias y tiene su sede en Madrid.
En este sentido, recordó que, a las responsabilidades que tenía Ureña, se unen ahora las relativas al Eurofighter y a los programas de aviones no tripulados.