(Infodefensa.com) Nicolás García, Santiago de Chile – En un año marcado por el cambio de autoridades y redefiniciones en la adquisición de sistemas de armas para las Fuerzas Armadas de Chile, analistas del sector señalan que la era de renovación y expansión de las capacidades de Defensa iniciadas en 1997 han llegado a su fin.
Michelle Bachelet asumió el 11 de marzo por segunda vez la Presidencia de la República por un período de cuatro años. La agrupación de partidos de centro-izquierda que la apoya, denominada Nueva Mayoría, definió en su programa de gobierno como una de sus prioridades la reforma del sistema de financiación de las Fuerzas Armadas. El objetivo es una planificación presupuestaria cuatrienal que contemple la financiación de los programas y proyectos de inversión y los gastos de operación y mantenimiento del equipamiento bélico derogando la Ley 13.196, conocida como Ley Reservada del Cobre. Por esta Ley Reservada del Cobre se entrega el 10 por ciento de las ventas de este mineral de la Corporación del Cobre (CODELCO) al Ministerio de Defensa para la compra de sistemas de armas y equipos asociados.
El cambio retomaría el actual proyecto de ley, que reforma este mecanismo y que está en el Senado, eliminando el denominado “piso” de financiamiento, que la iniciativa ingresada al Congreso en 2011 fija en 500 millones de dólares anuales, por considerarlo injustificado. También contempla la eliminación de los excedentes de uso exclusivo en defensa para optimizar la eficiencia financiera y presupuestaria del país, el cual será abordado finalmente el primer semestre de 2015 junto con la modificación del sistema de justicia militar.
En el ámbito internacional, la nueva administración fijó como uno de sus objetivos la generación de una Comunidad de Seguridad en Sudamérica que garantice la paz y elimine la amenaza de guerra a través del Consejo de Defensa de UNASUR. Para ello fomentará la cooperación y generación de medidas de confianza mutua con los países vecinos siguiendo el modelo implementado con Argentina.
Sin embargo, a poco de iniciarse la nueva administración, una fuerte desaceleración de la actividad económica y negras perspectivas de crecimiento –de acuerdo a los últimos datos entregados por el Banco Central de Chile será de 1,7 por ciento en 2014 y de entre el 2,5 y el 3,5 por ciento para el 2015– determinaron que una serie de programas de importancia para las Fuerzas Armadas, en el ámbito del transporte y la logística, fueran paralizados y, en otros casos, cancelados.
Se reducen las expectativas de adquisiciones navales
A fines de este año el gobierno de Michelle Bachelet habría adoptado la decisión de no adquirir el buque de asalto anfibio TCD Siroco (L-9012) de la Marina Nacional de Francia. Los motivos aducidos son su alto coste y considerar innecesario contar con un segundo buque de este tipo. La Armada de Chile había presentado su interés desde 2014 a la autoridad política por incorporar esta unidad en servicio desde el año 1998 por sus capacidades de desplegar personal y medios de la Infantería de Marina, además de poder prestar apoyo a la población en caso de desastres naturales y realizar operativos médicos, tal como ha realizado desde la llegada al país en 2012 el gemelo del Siroco, el LSDH-91 Sargento Aldea (ex TCD "Foudre").
A pesar de las intensas gestiones de última hora realizadas por la institución éstas no habrían impedido que el gobierno reconsiderara la medida. La misma situación también se repitió tras el reciente anuncio de la baja del servicio del buque madre de submarinos BMS-42 Almirante Merino, que desde el 15 de enero dejará de prestar servicios a la Armada de Chile. Con su retirada se perderá una importante capacidad de proyección de las unidades de la Fuerza de Submarinos. ya que no se considera su reemplazo por un buque de nueva construcción o de segunda mano.
Otro tanto sucedió con la baja el 15 de diciembre de las lanchas misileras del tipo 148 LM-37 Orella y LM-38 Serrano, que eran las últimas dos de un total de cuatro unidades compradas a Alemania en 1997, y que prestaron servicios en el puerto de Iquique en la IV Zona Naval. Si bien en círculos navales se ha discutido la conveniencia o no de reemplazar este tipo de buques de pequeño desplazamiento –con limitaciones para operar en el océano y orientadas sólo a la guerra antibuque– por unidades similares o aeronaves de exploración aeromarítimas y lucha antisubmarina, la institución tampoco dispondrá de plataformas que cubran las misiones realizadas por estas embarcacione.
Tierra y Aire también paralizan sus compras
En cuanto al Ejército, éste ha visito paralizado el proceso de compra de cuatro aeronaves de transporte táctico mediano procedimiento abierto a mediados de año. En él participan las firmas europeas Airbus Defence & Space con el C295W y Alenia Aermacchi con el C-27J Spartan. Lo mismo ha pasado con el proceso de creación de fuerzas de infantería ligera, que considera la compra de obuses ligeros de 105 mm entre otros equipos.
Por su parte, la Fuerza Aérea de Chile (FACh) ha visto detenido los programas de adquisición de aviones y helicópteros de transporte mediano que tienen por finalidad mejorar su capacidad para operar en altura e incrementar la conexión en zonas aisladas. La institución, en el caso de los aviones de transporte medianos, al igual que el Ejército, tiene en la lista de candidatos al C295W de Airbus Defence & Space y al C-27J Spartan de Alenia Aermacchi, mientras que respecto a los helicópteros la opción que se menciona es el UH-60M de Sikorsky.
Material incorporado en 2014
Pese a este sombrío panorama de adquisiciones, durante este año el Ejército de Chile inició el proyecto Esparta, que contempla la coproducción y ensamblaje en la planta de armamento menor de Fábricas y Maestranzas del Ejército (FAMAE) de 22 mil fusiles de asalto Galil ACE 22NC de 5,56 x 45 mm, de la firma Israel Weapon Industries (IWI). Con ellos se procederá al reemplazo progresivo de la línea SIG 510-4 y SIG 542 de 7,62 x 51 mm y SIG 540 de 5,56 x 45 mm.
Durante 2014 también comenzaron a entregarse los vehículos de reconocimiento y exploración terrestre Toqui A-2, desarrollados por la empresa chilena Technology Motor Group (TMG) del Grupo San José. Se trata de un todoterreno sobre la base Land Rover Defender. También fue presentado en la ciudad de Arica en el mes de septiembre el sistema antitanque Spike ER de la compañía israelí Rafael, que posee un alcance de ocho kilómetros y que emplea los mini UAV SpyLite de BlueBird Aero Systems para la designación de blancos.
En cuanto a la Armada de Chile, incorporó en noviembre el patullero oceánico OPV-83 Marinero Fuentealba, tercera unidad de los OPV-80 diseñados por la empresa alemana Fassmer GmbH, y que son construidos por Astilleros y Maestranzas de la Armada (ASMAR) en Talcahuano. Esta empresa pública chilena recibió buenas noticias a fines de año al confirmar el Ministerio de Defensa la construcción del cuarto buque de la clase con una inversión estimada en 70 millones de dólares, y recibió el respaldo político para adquirir un nuevo dique flotante para efectuar trabajos de mantención en buques postpanamax. Para ello se espera destinar una inversión de 150 millones de dólares. ASMAR también está a la espera de la adjudicación del contrato de construcción de un nuevo buque rompehielos valorado entre 150 y 170 millones de dólares.
Además la Armada de Chile continuó este año con el programa RHIN-SAR, con el que la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (DIRECTEMAR) ha renovado las unidades utilizadas en operaciones de seguridad y salvamento incorporando una serie de lanchas de patrullaje marítimo y de servicio de rescate Arcángel. Las naves han sido construidas por la empresa SAFE Boats International de Estados Unidos.
Por su parte, la Infantería de Marina comenzó el proceso de reemplazo de sus fusiles de asalto Heckler & Koch HK-33 E de 5,56 x 45 mm por los SCAR L de 5,56 x 45 mm de FN Herstal.
Girando la mirada al cielo, FACh exhibió en la base aérea Los Cóndores, de Iquique, a mediados de año, la primera batería antiaérea de mediano alcance NASAMS de Kongsberg, y utilizó durante el incendio de abril en la ciudad de Valparaíso uno de los tres UAV Hermes 900 de Elbit Systems que tiene asignados en labores de recolección de imágenes.
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Foto: FACh