Alemania elige que sus cazas F-35 se fabriquen en EEUU y no en Europa

Berlín ha decidido que su futura flota de 35 aviones de combate de quinta generación F-35A se produzca en las instalaciones que Lockheed Martin tiene en Fort Worth, en Texas. De este modo, los aparatos no serán finalmente montados en la línea de ensamblaje final ubicada en Cameri, Italia. En todo caso, las unidades alemanas incluirán “importantes componentes de toda Europa, incluidos Alemania, el Reino Unido e Italia”.

Italia y Japón son los únicos países a los que se dotó de la capacidad para construir estos aviones fuera de Estados Unidos. Y ahora ya es el único en hacerlo, ya que Tokio opto hace algo más de cinco años por derivar el ensamblaje de sus propias unidades de F-35 a Estados Unidos, por resultarle menos costoso.

La fabricación final de los aparatos en Estados Unidos por la que ha optado Alemania, revelada por Jane´s, no trastoca la implicación acordada con compañías como Rheinmetall. Esta firma germana con sede en Düsseldorf reveló a mediados del año pasado sus planes para “construir una fábrica ultramoderna en Weeze, en el distrito de Kleve del estado alemán de Renania del Norte-Westfalia, para producir secciones de fuselaje para el F-35A Lightning II”, al que calificó en el comunicado en el que reveló este proyecto como “el avión de combate de mayor rendimiento del mundo”.

Si se cumple el cronograma previsto, la Luftwaffe (fuerza aérea alemana) recibirá su primer F-35A en EEUU a lo largo del año 2026, y el aparato llegará al fin a Alemania al año siguiente, 2027.

Italia, Países Bajos y Suiza son tres clientes del avión de Lockheed Martin que sí se han comprometido a que sus F-35 sean ensamblados en la planta de Carmeri. Estas instalaciones fueron recientemente abiertas por el Gobierno de Estados Unidos para que cualquier otro cliente europeo pueda utilizarlas. No va a ser finalmente el caso de Alemania.

Acuerdo con Rheinmetall

El país centroeuropeo pasó en unos pocos años de prescindir del jefe de la Luftwaffe por expresar su preferencia por el F-35, cuando el avión estadounidense estaba vetado por las autoridades alemanas, a adquirirlo e incluso acordar la fabricación de algunas de sus partes en suelo germano. Las compañías estadounidenses Lockheed Martin, como líder del programa (más caro de la historia militar) y Northrop Grumman, el socio principal, suscribieron a principios del año pasado carta de intenciones con la compañía alemana Rheinmetall para que ésta se encargue de los fuselajes centrales del F-35.